“El arte es crisis”. La frase de Jacobo Fiterman, uno de los padres fundadores de arteBA hoy resuena con más fuerza. Es que en un año de recesión económica e inflación sin respiro, la feria de arte más importante del país cerró sus puertas con un “balance rotundamente positivo”, aseguraron desde la organización.

Era uno de los grandes interrogantes antes de la apertura de la feria en La Rural, ¿cómo respondería el público? y, sobre todo, ¿qué harían los coleccionistas de piezas, tanto los ya conocidos en el ambiente que buscan, en general, firmas reconocidas como también aquellos que apuestan al arte joven, con precios más cercano a la realidad social?

Para Julia Converti, directora de arteBA, esta edición superó las expectativas: “arteBA deja el motor del mercado del arte en marcha. Balance rotundamente positivo marcado por: la calidad de lo expuesto, el éxito de las ventas, el reconocimiento que los museos de todas partes del mundo le han dado al arte argentino y el récord de público visitante, con un 20% más que en 2018“.

Con respecto a los precios de las obras, esta edición de arteBA tuvo la venta más cara de su historia, 1.350.000 dólares por un mural Sin título (MCMC) de siete metros por dos realizado en 1967 por Jorge de la Vega, una cifra récord a nivel local y “una de las piezas de arte más importante que hemos tenido en la historia de la feria”, según Converti. Mientras que en Utopia, el espacio destinado a los creadores emergentes, se podían acceder a piezas desde mil pesos, como parte de esa búsqueda necesaria de despertar en los jóvenes el deseo de invertir en arte.

Durante las primera horas, obra de Mariana Telleria (Ruth Benzacar), Tomás Saraceno (Galería Pinksummer) -que viene de participar de manera destacada en Art Basel Miami y de tener su exposición en el mítico Palais de Tokyo de París– y Adriana Minoliti (Mita) fue adquirida por distintos postores. En ese sentido, el interés por estos tres artistas da una pista sobre la reputación aquirida por los creadores nacionales que suenan cada vez con más fuerza más allá de las fronteras. “La feria está también reflejando los artistas argentinos que estarán luego presentes en el mundo, ya que estamos a días de la Bienal de Venecia, donde participarán los tres”, señaló Converti a Télam.

Los museos del extranjero también miraron a arteBa y adquirieron piezas de artistas consagrados como noveles. El LACMA (Los Angeles County Museum of Art), por ejemplo, compró obra de Marie Orensanz, el Museo Tamayo de México, un acrílico sobre tela de Fernanda Laguna y un video de Amalia Pica, mientras que el MALI (Museo de Arte de Lima, Perú) -a través de la galería cordobesa El gran vidrio-, el proyecto Yo tengo SIDA del colectivo Fabulous Nobodies integrado por los artistas Kiwi Sainz y Roberto Jacoby, una pieza de fotos, remeras estampadas y textos de 1993 y 1994, y el Rose Art Museum de Boston se llevó un díptico de Osías Yanov.

A nivel local, por otra parte, el Museo Nacional de Bellas Artes sumó a su acervo 4 dibujos en la galería Alejandro Faggioni de Juan del Prete, Noemí Gerstein, Eduardo Moisett de Espanés y Alfredo Hlito; el Malba compró 4 fotografías de George Friedman de los ’50 y una escultura de Diego Bianchi, a la parisina Jocelyn Wolff; el MACBA-Fundación Aldo Rubino, un acrílico sobre tela de Tulio de Sagastizábal; el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan incorporó una pieza de Marcia Schvartz, y el Museo Castagnino+Macro de Rosario, dos fotografías de Grete Stern y Horacio Coppola.

Mientras que a nivel corporativo, el Banco Santander Río adquirió la reconocida pintura Plaza San Martín de Nicolás García Uriburu (Roldán Moderno); La Rural, en el décimo aniversario de su programa Impulsarte, obtuvo 5 obras de Helena Dahnn, Tomás Maglione, Martín Touzon, Ana Benedetti y Pablo Rosales, y el Hotel Meliá Recoleta Plaza, las obras en video Abstract Porn de Minoliti y Sueños 2.0, un video de Jazmín Giordano, por nombrar algunas.

De acuerdo a los organizadores, este año, asistieron 10 mil personas más con respecto a 2018; o sea, 90 mil contra 80 mil. Aquí, la jugada por parte del Ministro de Cultura porteño, con la organización de la Semana del Arte, que reunió eventos, charlas y vistió de arte la ciudad, pudo ser un incentivo extra para la gente vio instalada la marca arteBa con anterioridad.

Enrique Avogadro, ministro de la cartera cultural de la ciudad, comentó a Infobae Cultura: “Buenos Aires tiene una gran vitalidad cultural. En cada rincón hay algo para hacer. Y la Semana del Arte busco potenciar ese ecosistema cultural que nos hace únicos. Es un orgullo para nosotros haber podido trabajar en equipo junto con las 22 instituciones que fueron parte de esta gran Semana del Arte que seguirá creciendo año tras año. No solo acércanos al público a las artes visuales sino que además fortalecimos el sector y de esta forma a Buenos Aires como centro cultural de latinoamérica”.

En ese sentido, para Converti, esta fue “una edición marcada por la novedad de su layout y la nueva experiencia que ofreció al visitante proponiendo 7 días de arte junto a iniciativas como semana del arte de BsAs, Art Basel Cities talks, Faena Festival y Bafici. Una sinergia institucional inédita para la cultura de la ciudad: El resultado estuvo a la vista”, dijo a Infobae Cultura.

Además, entre cada pabellón se aprovechó el espacio al aire libre para sacar las performances y ponerlas al aire libre, generando una atmósfera más disfrutable y que llamaba solo a los interesados, por lo que no se entorpeció el tránsito interior. El mismo efecto tuvieron las burbujas donde se desarrollaron las charlas de Arte Basel Cities.