La devoción a San Cayetano se vivió en distintos puntos de Capital. En la zona sur, los actos litúrgicos fueron presididos por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, quien dijo que “esta fiesta en honor a San Cayetano nos tiene que ayudar a renovar nuestra fe y nuestra confianza en Dios, para poder enfrentar los desafíos de cada día”.  

También se refirió al Año y IV Congreso Mariano Nacional, a la invitación que le hizo al Papa Francisco para que cierre este evento, que reunirá a hermanos de todo el país en Catamarca, y rogó por la pronta beatificación de Fray Mamerto Esquiú. También en el norte capitalino se congregaron los fieles para honrar al Santo Patrono.

Durante la tarde del miércoles 7 de agosto, culminaron las festividades en honor a San Cayetano, en la capilla ubicada en el sur de la ciudad capital, desarrolladas bajo el lema “Con San Cayetano, renovamos nuestro espíritu misionero”.

Alrededor de las 17.00, se concretó la salida de la imagen del Santo Patrono del Pan y del Trabajo, momento que fue acompañado por los sones de la Banda de Música de la Policía de la Provincia.

Desde la intersección de calles Tucumán y Gobernador Fortunato Rodríguez, la marcha procesional se desplazó por arterias circundantes al templo, pasando frente a los lugares como el cementerio municipal, las escuelas primaria N° 353  General San Martín y secundaria N° 46 Hipólito Yrigoyen, la clínica psiquiátrica Fernández y el geriátrico María Eugenia, donde los abuelos salieron a saludar al Santo y recibieron la bendición del párroco de la jurisdicción, Pbro. Julio Murúa. En el trayecto, donde se observaban los frentes de los hogares adornados con sus altares, se elevaron súplicas y canciones.

Al arribar a la esquina de calles Gobernador Rodríguez y Tucumán, la Imagen del Patrono del Pan  y del Trabajo fue colocada en un altar, y luego de entonar las estrofas del Himno Nacional, comenzó la Santa Misa, presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el párroco, Pbro. Julio Murúa.

Al comienzo de su homilía, Mons. Urbanc expresó que “una vez más, nuestro amor y nuestra gratitud a San Cayetano, nos ha congregado para la procesión y esta Misa, y durante nueve días para la oración de la novena. Cuánta alegría tendrá Dios, ya que a través de este Santo hay muchos que se acercan a la súplica, a la acción de gracias, a la confesión, a reconciliarse con Dios, para obtener la paz en nuestras vidas”.

En otro tramo de su reflexión, destacó a Santo Patrono como modelo de santidad, y afirmó que “esta fiesta en honor a San Cayetano nos tiene que ayudar a renovar nuestra fe y nuestra confianza en Dios, para poder enfrentar los desafíos de cada día”. En este sentido, dijo que “el hoy hay que vivirlo intensamente, como gratitud a Dios y también como compromiso para construir un mundo mejor, un mundo de hermanos, un mundo solidario, un mundo donde aprendemos a compartir”.

Exhortó a que seamos perseverantes en nuestra oración, como la mujer cananea que relata el Evangelio, quien pedía la curación para su hija, lo cual consiguió gracias a su insistencia y la mucha fe que tenía. “Así tenemos que pedirle a San Cayetano que interceda por nosotros, día tras día, para que cambiemos el corazón”, aseveró.

En esta línea manifestó que “esta devoción que tenemos a San Cayetano pidiendo que haya pan en la mesa de nuestros hogares todos los días y que cada uno tenga un trabajo con el cual pueda responder a las necesidades de la familia, que estas dos cosas que pedimos, que son tan nobles, también nos ayude a alimentarnos con el pan de la Palabra de Dios, con el pan de la Eucaristía, y que nos aboquemos todos al trabajo de la misión, a ser misioneros, a difundir la fe”.