El Ministerio de Salud de la provincia recomienda a la población extremar las medidas de protección frente a las altas temperaturas, ya que pueden transformarse en un gran riesgo para la salud, especialmente en lactantes y niños pequeños.

Los golpes de calor son cuadros que aparecen en los días de altas temperaturas y, generalmente, se producen por la exposición a esas altas temperaturas, la exposición a la radiación solar durante los horarios de mayor intensidad, sumado a la falta de ingestión de líquidos adecuados y al uso de ropa inadecuada, que hace que aumente la temperatura del cuerpo y se produzca deshidratación.

Los niños y niñas pueden presentar síntomas como dolor de cabeza, sobre todo irritabilidad, decaimiento, tendencia al sueño, mareos, debilidad muscular, mucosa seca, labios secos, aumento de la temperatura en el cuerpo y enrojecimiento en el rostro y el resto del cuerpo. También puede haber inapetencia, es decir que no tenga ganas de comer, mucha sed, náuseas y vómitos.

Verónica Di Giovanni, pediatra y directora de Maternidad e Infancia, explicó que “hay que prestar especial atención a los niños menores de 1 año. Ante cualquier signo o síntoma ante un día de mucho calor lo primero que tenemos que hacer es poner al niño en un lugar fresco y quitarle la ropa, ofrecer agua segura y fresca -en los niños menores de 6 meses no olvidar que el único líquido que deben tomar es leche materna-; en aquellos niños que ya reciben alimentación siempre elegir alimentos frescos, como frutas y verduras; es fundamental una vestimenta adecuada, ropa clara, holgada y de algodón, sombrero y evitar la exposición al sol de los niños pequeños en los horarios picos, que son entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde; y si están en una situación de exposición al sol usar protector solar, con un factor mayor a 50”.

Los golpes de calor se pueden prevenir:

– Evitar la exposición al sol y ambientes muy calientes.

– Utilizar ropa clara, holgada y de algodón

– Ofrecer continuamente agua o pecho, y una alimentación rica en frutas y verduras.

– Evitar hidratar con bebidas azucaradas, no dar gaseosas o jugos.

– Protección correcta a la radiación solar, no exponerlos y colocar protector solar con un factor mayor a 50, adecuado para niños.

La doctora Di Giovanni hizo hincapié en que “al llegar la temporada de calor comienza la temporada de diarreas, por lo que hay que tener en cuenta la seguridad de los alimentos y líquidos en niños. Lavado frecuente de manos, agua potable o hervida, y asegurarse de mantener la cadena de frio en los alimentos. Cocinar bien las carnes, lavar adecuadamente frutas y verduras, y utilizar diferentes cuchillos y tablas para cocinar alimentos crudos separados de los cocidos”.