Se trata de uno de los grandes “clásicos” de las fiestas. Sin embargo este año poder servir una abundante mesa dulce será todo un desafío para muchos argentinos. Es que la estampida de precios que marcó el ritmo de la economía este 2018 y la caída del poder adquisitivo del salario golpeó con dureza el bolsillo de los trabajadores.

Sin embargo la dispersión de precios es tal que la elección entre primeras o segundas marcas se vuelve vital para quienes tienen que cuidar sus gastos. Por caso el valor de una misma canasta de productos navideños puede pagarse hasta un 266,97% más dependiendo de qué marcas se eligen.

De acuerdo con el relevamiento realizado por minutouno.com una canasta conformada por un Pan Dulce, una sidra, un turrón, un paquete de garrapiñada, un budín, un paquete de maní con chocolate, una botella de vino y una bolsa de confites, todos ellos de primera marca, cuesta 964,95 pesos.

Esta canasta representa por sí sola el 10% de una jubilación mínima y el 8,54% del Salario Mínimo, Vital y Móvil.

Una canasta compuesta por exactamente los mismos productos pero de segundas marcas es sensiblemente más barata y se consigue por 262,95 pesos. Es decir que por lo que se paga una canasta con productos de primeras marcas se pueden comprar 3,5 canastas de segundas marcas.

En el desagragado por producto los márgenes de diferencia entre primeras y segundas marcas no guardan referencia alguna. Así, por ejemplo, mientras que una marca de maní con chocolate “caro” cuesta apenas un 4,76% más que su versión más económica, un turrón caro se paga hasta un 1.935% más que uno barato.

En el caso de la sidra el margen también es significativo y el incluido en la canasta premium es un 635,23% más caro que el que se puede encontrar si no se quiere gastar demasiado.

Así planteado el escenario y luego de un año marcado a fuego por la caída de todos los indicadores económicos y sociales, a la hora de preparar la mesa dulce navideña habrá que buscar las opciones que mejor se ajusten al presupuesto familiar.