Un equipo de expertos de un hospital de Pekín dio a conocer la noticia. A los 17 años ya sufría de pérdida significativa de memoria a corto plazo.

Según publicó la prestigiosa revista “Journal of Alzheimer’s Disase”, un grupo de médicos del departamento de Neurología del Hospital Xuanwu de Pekín, China, detectó un caso de alzheimer en un joven de 19 años.

El paciente que tuvo que dejar el colegio a raíz del deterioro cognitivo avanzado comenzó a tener síntomas a los 17 años y fue perdiendo primero la “memoria reciente”. No recordaba qué había comido, ni dónde había dejado sus cosas. Con el tiempo el cuadro empeoró y disminuyó su capacidad lectora olvidando cómo se hace.

Frente a este cuadro tuvo que dejar sus estudios secundarios y los médicos al estudiarlo descartaron otras dolencias o adicciones que pudieran implicar cambios de memoria.

Si bien tenía todos los síntomas de Alzheimer, no tenía antecedentes familiares ni la edad a la que se presenta esta enfermedad.

Tras someterse a varias pruebas, entre ellas el Test AVL (Test potencial del aprendizaje) que es la prueba estandarizada por la OMS (Organización Mundial de la Salud), se constató que sufría un grave deterioro verbal, neurocognitivo y memorístico.

También se le realizó una tomografía y una resonancia magnética que revelaron biomarcadores de la enfermedad como atrofia bilateral del hipocampo e hipo metabolismo en el lóbulo temporal.

Además su líquido del bulbo cefalorraquídeo tenía un aumento de la concentración de biomarcadores del Alzheimer, como la proteína p-tau181.

Lo más sorpresivo del caso es la edad del paciente, ya que el Alzheimer se diagnosticó por primera vez en 1906 y se calificó como una enfermedad neurodegenerativa crónica, de inicio lento y pérdida gradual de la cognición, la memoria y el habla y un aumento de los trastornos mentales con el tiempo, lo que eventualmente deriva en la incapacidad de cuidarse a sí mismo.

Generalmente se presenta en las personas cuando comienzan a rondar los 50 años y es más común en mayores de 65. Afecta a alrededor de uno de cada cinco ancianos de 80 años.