El control de precios parece arrastrar al Gobierno a cometer errores de la gestión anterior. El escenario le va marcando un camino que no quieren seguir. De hecho, el riesgo país volvió a los niveles que tenía en 2014, cuando regía el cepo cambiario.

Los operadores estaban preocupados y seguían atentamente la evolución del dólar mayorista en las pantallas, donde los precios cambiaban de manera contundente en pocos minutos. Pero no desatendían o que pasaba con los bonos de la deuda argentina donde el offer se poblaba de vendedores y no había compradores para compensar tamaña oferta.

De esta manera, al cierre se encontraron con un dólar equilibrado y un riesgo país que trepó a 868 puntos básicos (+2,72%) el mayor nivel desde hace cinco años.

Los de bonos y dólar ayer fueron dos partidos apartes. La gente del Gobierno consultaba a cada instante el precio del dólar que abrió a $42,18 e ignoraba a los bonos. La apertura optimista les hizo ver que lo que había sucedido el día anterior fue un tropezón. Pronto comenzaron a aparecer compradores y de a poco la divisa fue ganando terreno y cuando llegó a $42,30 comenzó subir sin censura hasta tocar 42,70 pesos. En seguida se encendieron las alertas y aparecieron vendedores que quisieron aprovechar los mejores precios.

En el Central, la primera licitación de dólares del Tesoro la hicieron a un precio de $42,57 para contribuir a contener el alza. El dólar a partir de allí comenzó a flotar en una zona algo más baja. También tuvo que soportar el embate de la primera licitación de Letras de Liquidez (Leliq), donde las tasas se elevaron a un máximo de 68,30 por ciento. El dólar, entonces comenzó a cotizar entre $43,50 y 43,60 pesos. Los exportadores se apresuraron a liquidar sus posiciones temiendo bajas mayores, pero siempre encontraron compradores. Al final de la rueda, el dólar cotizó a $42,43, un valor que es apenas 9 centavos inferior al de la rueda anterior.

Pero la gran diferencia la marcó el monto de negocios que fue casi 50% más alto: USD 942 millones que muestran que a pesar de la mayor liquidación de la exportación del otro lado siempre hubo compradores dispuesto a llevarse todo lo que le vendían.

La síntesis del día fue que se colocaron $185.675 millones de Leliq a una tasa promedio de 67,89% anual que resultó similar al del día anterior, pero que no alcanzó para renovar todos los vencimientos y le devolvió al público más de $ 20 mil millones que pueden transformar en dólares en la rueda del miércoles. Este es un dato clave porque muestra que los plazos fijos han dejado de crecer.

Por otra parte, no hay que olvidar que a la liquidación de exportadores se sumaron 60 millones del Tesoro vendidos a un promedio de $42,50 y el dólar no se inmutó. En otras oportunidades, esta presión de ventas lo hubiera llevado cerca de la franja inferior de la banda de flotación cambiaria.

Pero el poder de fuego está mermado. Así quedó demostrado después del cierre del mercado de cambios cuando se conocieron los resultados de la licitación de las letras del Tesoro en dólares (Letes).

Estos títulos que tenían vencimientos por USD 1.216 millones, de los cuales una buena parte estaba en manos del Estado (alrededor de 200 millones) tuvieron varios traspiés. En primer lugar, el Ministerio de Economía no quiso arriesgar y licitó solo USD 750 millones. Pero se encontró con la sorpresa de que tuvo que pagar una tasa más alta de la que imaginaba para renovarlas. Pensaban captar esa cifra ofreciendo 5% anual en dólares y el mercado les pidió más y tuvo que captar a un promedio de 5,47 por ciento. Hace un mes pagó 4,75% anual y antes de esa licitación, 4,50 por ciento.

Estas Letes vencen el 29 de noviembre, previo al fin del mandato presidencial, pero con el resultado conocido de las elecciones porque ya se habría llevado a cabo el ballotage, si lo hubiera. Si bien con la nueva tasa renovó los USD 750 millones, necesitó una ayuda de los “amigos”: el Anses, que estaba “dulce” porque el lunes cobró los dólares del Bonar 2019, fue un activo participante del evento. Los privados brillaron por su ausencia y los pocos que se presentaron pidieron tasas muy altas de casi de 6% que se promediaron a 5,47% porque la Anses colocó a un costo más bajo.

En bancos y casas de cambio, el dólar al público bajó 17 centavos a 43,52 (-0,39%), mientras el “blue” cedió una cifra similar y se vendió a 42,50 pesos.

En cambio, los bonos de la deuda lo pasaron mal. El Bonar 2024, el título de referencia de la deuda externa, siguió en baja y perdió 0,34%. En dos ruedas bajó 3 por ciento. El título del Tesoro norteamericano subió y provocó el aumento del riesgo país.

Las reservas perdieron 247 millones y quedaron en USD 72.551 millones. Se perdieron los USD 60 millones de la licitación del Tesoro que tienen encajes en el Banco Central y además casi todas las monedas del mundo cayeron ante el dólar y esto completó una pérdida de 66 millones a los que hay que sumarle 25 millones que se pagaron a organismos internacionales y 3 millones a Brasil.

En la Bolsa, se vivió un leve rebote. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, recuperó apenas 0,46% de la peor rueda del año que tuvo el día anterior. Los negocios fueron escasos: $578 millones. Transportadora Gas del Sur fue lo mejor con 3,37%. Los bancos no reaccionaron después del fuerte golpe del lunes, salvo Banco Francés que aumentó 2,13 por ciento. Otro papel destacado fue YPF con 2,34 por ciento.

En Wall Street, los ADR’s argentinos -certificados de tenencias de acciones que cotizan en dólares- fueron el contraste. Predominaron las alzas. Apenas tres papeles tuvieron pérdidas. Las ganancias las lideró Transportadora Gas del Sur con 4,67%, seguida por YPF que aumentó 3,26% y Banco Supervielle con 3,06%.

Para mañana se espera otro examen del dólar ya que el sector privado dio señales de que su decisión de dolarizar las carteras es irreversible. Por eso se espera una fuerte demanda. Si los exportadores no cubren esa sed de dólares, la divisa de Estados Unidos puede subir otro escalón.