El investigador del Conicet Hugo Luján, está en la fase pre clínica de un proyecto que se podría sumar para lograr la inmunidad contra la Covid-19. Lo realizan con fondos propios.

Un equipo de investigadores del Conicet, liderados por el bioquímico y doctor en Ciencias Químicas, Hugo Luján, trabajan en el desarrollo de una vacuna contra el Sars-CoV-2 que se puede administrar por vía oral.

Luján, ganó en 2010 el premio Innovar por el desarrollo de una vacuna para el parásito Giardia y, fue reconocido en 2019 por la elaboración de una plataforma para producir vacunas orales, la cual pretenden aplicar ahora para probar la inmunidad contra el coronavirus.

Sin embargo, pese a estos bastos antecedentes su equipo no logró acceder a los subsidios que otorgó el Ministerio de Ciencia y Técnica para proyectos contra la Covid-19, por lo que desde marzo se financian con fondos propios y de otros proyectos.

“Lo nuestro es un trabajo de laboratorio que lleva más de 10 años. Generamos vacunas para un parásito intestinal Giardia que puede vivir en el intestino sin ser digerido y a partir de ahí generamos una vacuna y continuamos con una oral y la pandemia nos encontró trabajando con problemas respiratorios del virus Hanta y decidimos colaborar por ese lado”, explicó Luján a Cadena 3.

Según indicó, los resultados de laboratorio están en una fase pre clínica sin probar en humanos, pero junto a colaboradores de Francia y Brasil avanzan lo más rápido posible para que esta vacuna oral sea considerada una alternativa.

Sin embargo, y pese a los alentadores resultados no están recibiendo fondos del Estado. “Nos presentamos a convocatorias que se realizaron para tal efecto, pero no salimos seleccionados, pero no es importante porque con fondos propios y de otros proyectos avanzamos, no a la velocidad que queremos, pero avanzamos”, precisó.

En cuanto al proyecto destacó que “la ventaja que tiene es que genera inmunidad en la mucosa que prevé que el virus entre en el cuerpo, cuando muchas de las vacunas inyectables no generan esta protección”, además de que no necesita de cadena de frío y al ser por vía oral “puede ser utilizada en campañas de vacunación masiva”.

Mientras que en el país se están fabricando las vacunas desarrolladas en otros países, Luján lamentó que “los argentinos no confíen en sus propios investigadores”.

“Siempre se piensa que lo que viene de afuera es mejor y acá tenemos muy buenos investigadores, tenemos premios nobeles, pero seguimos viendo a los de afuera como mejores”, opinó.