La cuestión de los accidentes en la vía pública es una problemática seria y profunda. En nuestra provincia en épocas de circulación normal, de acuerdo a los registros de ingresos del Hospital Interzonal San Juan Bautista, son alrededor de doscientos cuarenta los casos mensuales.

Actualmente, con la emergencia sanitaria y la cuarentena obligatoria, el panorama se modificó visiblemente, de acuerdo a las estadísticas brindadas por la Dirección de Emergencias del Hospital Interzonal San Juan Bautista, se redujo entre un 40 y un 70% la cantidad de accidentados ingresados durante estos últimos meses.

Con porcentajes claramente correlacionados con las restricciones impuestas por el Comité de Emergencias de la Provincia, en el mes de marzo el total de siniestrados -acumulados durante la primera quincena antes de que iniciara el aislamiento preventivo obligatorio- fue de ciento diecinueve (119), mientras que en los meses de abril y mayo se redujo a sesenta y dos (62) y noventa y uno (91) respectivamente. A su vez, la flexibilización del aislamiento implicó un alza en las cifras llegando durante los meses de junio a ciento treinta y siete (137) y ciento veintiuno (121) en julio.

Tal como lo relata Hernán Toloza, director de Emergentología, no solo hubo una reducción total de los casos, sino particularmente, de los traumas severos. “En la Unidad de Terapia Intensiva, en épocas de normal circulación se reciben muchos pacientes semanales, que requieren incontables prácticas con posterior rehabilitación, y graves secuelas en la mayoría de los casos”.

Las cifras diarias eran de 8 ingresos en promedio, mientras que en la actualidad se redujeron a cuatro (4) y uno (1) en momentos de total restricción.

Al margen de que el Hospital esté preparado para dar respuesta, tal como lo aclara Toloza; lo más preocupante de estas cifras es que el 78.6% de los ingresados no utilizaban elementos de protección al momento del impacto, agravando el tipo de lesiones.

“Hay pacientes que precisan prácticas traumatológicas y son los casos menos graves, se les hace una cirugía menor, una colocación de prótesis, pero el paciente queda recuperado. En cambio los que necesitan cuidados intensivos, presentan real riesgo de vida y en la mayoría de los casos sufren de graves consecuencias. (…) Por lo que la única solución es una mayor consciencia para usar los elementos de protección, ya sean cascos o cinturones, evitar las altas velocidades y el consumo de alcohol”.