A tres horas de iniciar el debate en el Senado, el Presidente Alberto Fernández volvió a defender la interrupción voluntaria del embarazo. “Es una cuestión de salud pública”, dijo.

El presidente Alberto Fernández reiteró que el aborto es un “problema de salud pública” y que las críticas al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) constituyen un “acto de hipocresía”, a horas de que el Senado inicie el debate por esa iniciativa.

El mandatario ratificó su deseo de que el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo “salga” este martes, pero aclaró que tampoco quiere “convertirlo en un tema de disputa”.

“Para las mujeres tiene que ver con derechos de la mujer, y para muchos es un problema de salud pública, que tiene que ver con la mujer, claramente”, planteó el mandatario en declaraciones a la TV Pública.

El jefe de Estado repasó que “desde la democracia hasta hoy, más de 3 mil mujeres murieron al intentar un aborto”, lo que le parece “mal”, además de que -dijo- no sabe “cuántas mujeres, por abortos mal practicados, han tenido un daño en su salud que no pudieron ser salvadas”.

“Tengo un problema de salud pública, el resto es todo hipocresía. Decir que no existe es un acto de hipocresía”, reiteró.

“Hay una Argentina hipócrita que niega el aborto como antes negaba la homosexualidad”, enfatizó.

Fernández abogó por la sanción del proyecto oficial, que ya cuenta con el aval de la Cámara de Diputados, para que “las mujeres que decidan abortar, en las condiciones que la ley permite, lo puedan hacer garantizándole la salud a todas”.

“No engañé a nadie, no lo saqué de la galera porque el momento político me resultaba oportuno”, dijo y recordó: “Hice campaña por el aborto y estoy convencido de que es un tema que debemos resolver”.

Al respecto, el Presidente planteó que “hay un colectivo de mujeres inmenso que asomó en 2018, para sorpresa de todos nosotros, y eso no puede ser desatendido”.

Sobre los senadores del Frente de Todos que ya anticiparon su voto en contra de la IVE, el mandatario dijo que los “respeta” porque nunca fue “amigo” de los “discursos únicos”.

Si bien dijo tener en claro que el tema es “sensible” y que “la religión se mete”, también llamó a ver “hasta dónde llega la paridad” en el Senado.

“Ante un hecho que día a día se consuma, quiero que las mujeres tengan la tranquilidad de poder gozar de las condiciones de asepsia necesarias para poder hacer esa práctica”, subrayó.

Tras admitir que “lamentaría mucho” si la ley no se sancionara, Fernández reiteró sus intenciones de no presentar el tema “en términos de disputa ni de supermartes” legislativo.

“Soy católico, y no me siento menos católico por apoyar el aborto. Mi deber es resolver un problema que tiene la sociedad”, concluyó.