Hace 20 años la Argentina celebró por primera vez un 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, el Día del Niño por Nacer. La fecha había sido instituida el 7 de diciembre de 1998 mediante un decreto presidencial, para reafirmar la decidida posición del país a favor de la vida desde la concepción. La iniciativa fue imitada luego por otras naciones del mundo.

El 25 de marzo de 1999 se celebró por primera vez el Día del Niño por Nacer en la Argentina, mediante un acto oficial en el Teatro Coliseo, de la ciudad de Buenos Aires, al que asistieron autoridades gubernamentales, miembros de la curia vaticana especialmente invitados y numerosos obispos argentinos.

La fecha elegida (25 de marzo) no es casual, dado que ese día la Iglesia celebra la solemnidad de la Anunciación del Arcángel Gabriel a María de que iba a dar a luz al Hijo de Dios.


El Día del Niño por Nacer fue declarado el 7 de diciembre de 1998 por el entonces presidente Carlos Menem, mediante el decreto 1406.

Al establecer esta celebración el Gobierno quiso reafirmar la “decidida posición a favor de la vida y la familia humana” de la Argentina y “dar adecuada protección al niño por nacer, ser tan frágil e indefenso”.

En los fundamentos del decreto “se considera apropiado y necesario dedicar un día en el ámbito nacional al niño por nacer, con el objeto de invitar a la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada en el destino de la humanidad, y el valor de la vida humana que porta en su seno”.

Varias provincias argentinas -consigna el boletín Notivida- adhirieron por ley al Día del Niño por Nacer asumiendo el compromiso de “difundir el valor de la vida y sus derechos desde la concepción”, lo que obliga a sus respectivos ministerios de educación a coordinar actividades informativas y educativas referidas a los Derechos del Niño por Nacer, el día 25 de marzo de cada año.