Sirven para protegernos de los rayos UV, que producen desde envejecimiento de la piel hasta cáncer. Te contamos todo sobre los protectores solares.

Los especialistas recomiendan usar protector solar todos los días del año, sin importar si hace menos o más calor.

Es que los rayos UV del sol están cada vez más fuertes y son serias las consecuencias que puede generar en la piel. Por eso, los protectores solares deben ser elementos fundamentales en nuestra vida cotidiana.

Sin embargo, una encuesta nacional realizada en 2008 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) En Estados Unidos, el protector solar es considerado un medicamento “cuyo propósito es ser utilizado para el diagnóstico, la cura, el alivio, el tratamiento o la prevención de una enfermedad”.

En 2010, otro estudio reportó que el 85% de las madres en período de lactancia tenían filtros UV en la leche materna. Sin embargo, los filtros UV pueden encontrarse en distintos productos, desde maquillaje hasta muebles de exterior, por lo que el protector no fue la única fuente.

La oxibenzona sí es negativa tanto para la salud como para el medioambiente. Puede alterar el sistema endócrino, que puede afectar la reproducción, el desarrollo y la inmunidad.

En cuanto al medioambiente, el componente queda en el agua y produce efectos negativos como la alteración de ADN de algunas algas, que les produce la muerte, y el crecimiento de otras, lo que altera el ecosistema marino.

A pesar de los años, todavía no hay mucha información sobre los protectores solares porque hay muchas variables, por ejemplo, pueden ser en crema o en aerosol.
“Realmente no sabemos cuál es la dosis adecuada para prevenir el cáncer de piel ni si debe ser distinta para los diferentes agentes o incluso para las distintas combinaciones de agentes que se usan en los protectores solares“, se sinceró Kanade Shinkai, dermatóloga de la Universidad de California, en San Francisco.

La Academia Estadounidense de Dermatólogos recomienda usar 29 mililitros por día para prevenir quemaduras, insolación, envejecimiento de la piel, cáncer y alteraciones oculares.

Fuente: The NY Times