El mosquito tigre asiático, o Aedes albopictus, volvió a ser el centro de preocupación en algunos países del mundo luego de que la especie apareciera en el archipiélago español de Ibiza

Tanto el Aedes aegypti como el Aedes albopictus pueden transmitir los virus del dengue, chikunguña y zika, así como al menos más de una decena de otras enfermedades emergentes

El Aedes albopictus, conocido popularmente como “mosquito tigre”, volvió a ser el centro de preocupación en algunos países del mundo luego de que la especie apareciera en el archipiélago español de Ibiza, ya que las piscinas en el lugar de vacaciones no se tratan durante la pandemia de coronavirus. Los insectos, que prefieren el aire húmedo, han sido atraídos a las piscinas sin atención debido a la falta de turistas.

Según un informe que presentó el diario británico The Sun, esta especie de mosquito es cuatro veces más grande que el que conocemos tradicionalmente, su picada atraviesa la ropa y, además, es portador de virus como el zika, del Nilo Occidental y del dengue. Según el documento, tardan entre 10 y 12 días en gestarse las crías. Además, atacan durante el día.

Desde el Sistema de Información de Biodiversidad de la Administración de Parques Nacionales de Argentina, aseguran que el mosquito de origen asiático es un insecto de 5-10 mm de largo, color café oscuro o negro con líneas plateadas en el tórax y abdomen, y patas a bandas blancas y negras.

Tanto el Aedes aegypti como el Aedes albopictus pueden transmitir los virus del dengue, chikunguña y zika, así como al menos más de una decena de otras enfermedades emergentes que, según los investigadores, podrían ser una amenaza en los próximos 50 años.

“El Aedes albopictus, también conocido como ‘tigre asiático’, pertenece al mismo grupo de mosquitos de importancia sanitaria junto con Aedes aegypti, con quien comparte similares características en estructura y tamaño. Originario del Sudeste Asiático este mosquito, de hábitos selváticos, actualmente presenta una amplia distribución en las regiones tropicales, subtropicales y templadas de América y Europa”, sostuvo en diálogo con Infobae el biólogo Manuel Espinosa, responsable del área de Enfermedades Transmitidas por Mosquitos de la Fundación Mundo Sano.

a diferencia del Aedes aegypti, un vector predominantemente urbano, que utiliza la abundancia de contenedores artificiales como sitios de larvas y se alimenta casi exclusivamente de humanos, el Aedes albopictus se puede encontrar con mayor frecuencia en entornos periurbanos y rurales, alimentándose fácilmente de una variedad de especies de mamíferos (incluidos los humanos) y aviarias.

Originariamente especies de distribución Oriental (A. albopictus), gracias a la acción humana y a su gran capacidad de adaptación a nuevos hábitats, se han descrito en amplias zonas biogeográficas. Un estudio publicado en la revista Molecular Ecology reveló qué rutas utilizó el mosquito tigre para introducirse en Europa. Se trata de un trabajo de genética llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Grenoble, para el cual han analizado 692 mosquitos de 109 localidades diferentes.

“La topología de las redes de transporte humano dio forma a las historias demográficas, siendo el norte de Italia y el centro de Italia los principales centros de dispersión en Europa. Las modalidades de introducción condicionaron los niveles de diversidad genética en las poblaciones invasoras, y las poblaciones genéticamente diversas y mezcladas promovieron más introducciones secundarias y se han extendido más allá de las invasiones de una sola fuente”, explicaron los autores principales del estudio.

La explicación científica a la aparición de esta plaga en Ibiza tiene que ver con el hecho de que esta isla está hecha para vacacionar. Debido a que en España decretó el encierro el 12 de marzo por la pandemia de COVID-19, las fuentes de agua, como las piscinas, no han sido tratadas y muchos hoteles y villas de vacaciones quedaron desiertos. El departamento de gestión medioambiental del consejo de Ibiza ahora ha instado a los residentes a asegurarse de purificar sus piscinas.

“En Argentina, se ha comprobado su presencia en las provincias de Misiones y Corrientes. En el año 2007 fue detectado en el área urbana de Puerto Iguazú durante los muestreos larvarios y monitoreo de ovipostura, que realiza en forma continua Fundación Mundo Sano para la vigilancia de Aedes aegypti. A partir de ese año, la fundación mantiene actividades de monitoreo permanente de este mosquito”, aseguró Espinosa.

La peligrosa especie, fácilmente reconocible gracias a su tamaño y sus distintivas rayas en blanco y negro, ha estado presentes en el norte de Italia, Grecia y España durante los últimos cinco años y se mueve hacia el norte a unas 93 millas al año. Más de la mitad de Francia se encuentra ahora en la “zona de peligro” roja, áreas donde el mosquito está “implantado” y “activo”. Se ha revelado que 58 departamentos franceses se consideran en riesgo, en comparación con solo 51 el año pasado.

Los científicos han advertido previamente que el calentamiento global podría ser el culpable, ya que los insectos pueden ser atraídos hacia el norte por un aire más cálido y húmedo. Dos estudios, de las universidades de Liverpool y Oxford, han dicho que el cambio climático podría permitir que los mosquitos tigres asiáticos se propaguen por Europa occidental. El Departamento de Salud también anunció un fondo de investigación para abordar los efectos del calentamiento global en la salud, incluidos los peligros de propagación de enfermedades por insectos.

Si bien los mosquitos del género Aedes son capaces de transmitir 22 tipos diferentes de virus, no tienen la posibilidad de transmitir el SARS-COV-2. Además, el paro previsto del turismo este verano puede frenar los casos importados de dengue, zika o chikungunya y reducir los contagios autóctonos en personas que no han viajado a países donde estas afecciones son endémicas.

“Se ha comprobado en condiciones de laboratorio, que tiene la capacidad de transmitir al menos 22 arbovirus, entre ellos: dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla. Sin embargo, son pocos los estudios que lo muestran como un vector activo durante las epidemias de estas enfermedades en América”, concluyó el especialista.

Fuente: Infobae