La música popular argentina despide este domingo a uno de sus grandes exponentes: el guitarrista Juanjo Domínguez murió a los 67 años, según se comunicó en las propias redes sociales del músico. Los restos del músico cuyo virtuosismos le valió un Premio Konex en 2005 y un reconocimiento también a nivel internacional, serán velados por la tarde en una casa de sepelios de Burzaco.

Domínguez nació el 23 de octubre de 1951 en Junín. Pero poco después se mudó con su familia a Lanús. Fue allí cuando, con apenas cinco años, se quedaba observando a su papá tocar la guitarra. Pero una tarde al hombre (de profesión panadero) no le salía una melodía. Lo intentaba una y otra vez, y nada. Fue entonces cuando aquel chico le pidió el instrumento, y completó la melodía. ¿La repuesta del padre? No tocó la guitarra nunca más, y pocos días después inscribió a su hijo en la Academia Oliva, cercana a su casa.

Un Juanjo ya adolescente, recibido de profesor de guitarra a los 12 años, se volcó por el tango. La música del arrabal lo hacía “vibrar” desde pequeño, aun cuando en su casa su mamá solía tocar el bandoneón. A los 15 empezó a acompañar al cantante melódico chileno Rosamel Araya. Fue el primer paso, ya que su virtuosismo lo llevó a tocar con los mejores: María GrañaHoracio GuaranyArmando Manzanero y Chango Nieto. Sin embargo, confesaba que no le había resultado sencillo porque todos pertenecían a una generación anterior. Y entonces, debió adaptarse.

Con Roberto Goyeneche también conformó una gran dupla, al punto que en sus últimos tiempos el cantante solo aceptaba ser secundado por Domínguez. “Era un señor arriba del escenario”, reconocía el guitarrista al Polaco.