Los teléfonos podrían sufrir fallas a causa de no tener una versión actual del sistema Android. Finalmente, podrían quedar obsoletos.

El fin de las actualizaciones de Android en los teléfonos del fabricante chino Huawei puede complicar rápidamente la vida de los usuarios de estos aparatos, y sobre todo transformar el mercado de las aplicacionesmóviles.

Huawei, número dos mundial en el mercado del smartphone, vende decenas de millones de aparatos cada mes en todo el mundo: 203 millones en total en 2018, contra 150 millones en 2017, según el gabinete Gartner.

En el primer trimestre de este año, Huawei vendió 59,1 millones de teléfonos inteligentes, un 19% del mercado y más que la estadounidense Apple, aunque todavía por detrás de la empresa líder, la surcoreana Samsung.

Para los usuarios de Huawei, las consecuencias pueden ser importantes ya que Google actualiza regularmente sus diferentes versiones de Android, a menudo por razones de seguridad. En los próximos días, sus smartphones podrían sufrir por tanto fallas, a menos que Huawei decida hacer por sí mismo las actualizaciones. De momento Android ha dicho que seguirá haciendo esas actualizaciones de seguridad.

La otra consecuencia, más lejana, implica a las aplicaciones. Pues a medida que Google actualiza Android, también se actualizan las cientos de millones de aplicaciones propuestas en su App Store. Pero esas actualizaciones de las aplicaciones generan una forma de obsolescenciade los aparatos que no tuviera las últimas actualizaciones de Android, lo que provoca simplemente que luego estas aplicaciones son incapaces de funcionar.

A corto plazo, Huawei tiene pocas soluciones. En sus actuales aparatos, es complicada la implementación de un nuevo sistema de explotación, en lugar de Android. En los futuros aparatos, también parece difícil una alternativa: el único sistema de explotación suficientemente extendido es el iOS de Apple, disponible exclusivamente en los iPhones.