El Obispado de San Rafael, provincia de Mendoza, le quitó el cargo de sacerdote a Fernando Yáñez quien fue recientemente absuelto de las acusaciones de abuso sexual a un menor de edad. “Uno está rodeado de varones y necesita cariño”, se le escucha decir al presbítero en un audio que habría sido grabado a escondidas por dos personas que trabajaban en el instituto que dirigía. Sin embargo, la decisión de la Iglesia no es por esta denuncia sino por otros delitos canónicos.

Mediante un decreto firmado porpor el obispo de San Rafael, monseñor Eduardo María Taussig, Yáñez fue dimitido del estado clerical tras constatarse las acusaciones de “desobediencia pertinaz; ejercicio ilegítimo de una función sacerdotal; suscitar públicamente aversión y odio contra la Sede Apostólica o al obispo”. Es la máxima pena que impone la ley penal canónica, fuera de la excomunión.

En el comunicado del Obispado de San Rafael se informa que tras un extenso proceso penal administrativo, que incluyó intensas investigaciones, consultas a las máximas autoridades de la Iglesia en materia penal canónica, se resolvió la dimisión del estado clerical de Yáñez por lo que no podrá realizar ningún acto ministerial, ni usar vestimenta eclesiástica, ni reclamar para si ningún privilegio que el derecho disponga a los clérigos.

“Lamentablemente, en un momento de su ministerio tomó una actitud de abierta rebeldía a la autoridad de la Iglesia, en la que ha permanecido en forma contumaz, a pesar de los numerosísimos esfuerzos por hacerlo deponer su actitud y volver a la recta disciplina eclesial. Esta actitud constituye un delito, que se opone a su condición de sacerdote. El escándalo suscitado por sus acciones y palabras, requiere de una sanción congrua”, concluye el comunicado.

Con respecto a las denuncias de abuso sexual, la Iglesia investigó el caso por el “delito contra el sexto mandamiento (no cometer actos impuros) con menores”, sin embargo en concordancia con la absolución dictada por la Justicia “no se han encontrado pruebas, ni testimonios fidedignos del mismo, por lo que no se expide al respecto”, expresó el Obispado.

En 2014, la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF) radicó dos denuncias por presuntos abusos sexuales ocurridos en el hogar San Luis Gonzaga donde se lo identificó a Fernando Yáñez como el autor de las violaciones de un joven de 17 años y otro de 18. El mayor desistió de la acción penal contra el cura, pero si se lo imputó por el delito contra el menor de edad.

En medio de la investigación se filtraron audios, que habrían sido grabados a escondidas, donde dos jóvenes interactúan aparantemente con el sacerdote sobre las denuncias.“Uno está rodeado de varones; antes del seminario me encamé mil veces. Pero ahora aquí uno los quiere y se desborda ese sentimiento. Puede ser que me haya dado vuelta, he llegado a una situación que no doy más, la tentación es más grande. Necesito cariño, yo no puedo más, necesito cariño de alguien y lo busco en un hombre”, se escucha decir a quien sería Yáñez.

Sin embargo, el viernes 26 de abril fue absuelto ya que faltaba la declaración de la aparente víctima. El joven, que al momento de la denuncia tenía 17 años, tras brindar su versión del hecho en el inicio del expediente no ha sido localizado por la justicia en los últimos 4 años. Su presencia en el juicio era clave para ratificar su declaración.