El conjunto básico para un alumno del nivel primario incluye un guardapolvo, cinco pares de medias, un equipo de gimnasia, un par de zapatillas deportivas, otro de zapatos y dos chombas de algodón.
El costo de la vestimenta para colegios privados ronda entre los $ 5.000 y $ 6.000, sumando un suéter o blazer, camisas, corbatín, pantalón o pollera.
Las vidrieras de muchos negocios del Centro ya exhiben chombas con escudos escolares, polleras con tablas, guardapolvos e incluso camperas y buzos abrigados en pleno verano, con temperaturas que superan los 30 grados.
Si bien aún resta un mes para el inicio de las clases, el clima escolar ya se siente en los negocios, y a la compra de cartucheras y mochilas se suma la necesidad de adquirir la indumentaria escolar, rubro que aumentó sus valores con respecto a febrero de 2018 alrededor de un 40 por ciento.
Los precios varían tanto como las calidades, aunque, en promedio, comprar la indumentaria escolar completa que un niño necesitará para el nuevo ciclo lectivo ronda los cinco mil pesos. Este conjunto consta de un guardapolvo (300 pesos), cinco pares de medias escolares (300), un equipo de gimnasia (900), un par de zapatillas (1.000), un par de zapatos (1.500) y dos chombas (1.000).
En las mismas casas consultadas, el costo de un uniforme completo para un colegio privado se eleva hasta los siete u ocho mil pesos, incluyendo un equipo de gimnasia, medias y zapatillas, chombas con insignias, una corbata o corbatín, un pantalón o pollera, dos camisas, un suéter o blazer y un par de zapatos.
En algunos negocios de la zona peatonal es posible encontrar precios más bajos, aunque de una calidad inferior. Pero también hay en oferta productos más caros, sobre todo aquellos destinados a alumnos de colegios secundarios, que por lo general utilizan uniformes con diseños específicos.
Con aumento
En la mayoría de los negocios del rubro aclaran que los precios se incrementaron, en promedio, entre un 35 y un 45 por ciento respecto del año pasado, a un ritmo similar al de la inflación.
“La diferencia de precios con respecto al año pasado es del 40 por ciento.
Lo único que por ahora no sube son las ventas. Los propios comerciantes acusan una baja cercana al 20 por ciento en la demanda, y explican que por el momento los clientes se acercan a consultar precios para recién realizar las compras cuando decidan cuánto gastar y de qué manera.
“Algunos están viniendo a comprar útiles y van sumando chombas que saben que van a necesitar. El guardapolvo siempre es lo último que llevan. Recién a partir de la segunda quincena de febrero se nota un mayor movimiento”, explicaron.