Sorprendió y confirmó estrategia en semana clave.
La paradoja, es que si bien el economista ahijado de Joseph Stiglitz ha señalado que el tipo de cambio debe mantenerse “actualizado”, e incluso que el propio Guzmán ha sugerido que tanto la energía (combustible) como también las tarifas de los servicios públicos deben preservarse de la erosión inflacionaria, los colegas de su entorno político vienen apuntando precisamente a, si el BCRA mantiene una devaluación en línea con la inflación proyectada, entonces de esa forma no se logrará el objetivo. Ayer, Pesce desaceleró inesperadamente el ritmo de sus microdevaluaciones diarias lo que generó no poca sorpresa en el mercado financiero. Y abre un panorama sensiblemente diferente hacia adelante.
El momento parece singular. El Gobierno apuesta ahora a saldar un acuerdo de precios y salarios, al menos a ponerlo en marcha durante las próximas semanas y para ello deberá poner sobre la mesa de discusión el compromiso de los distintos sectores empresarios, pero también sindicales. Una parte importante la conforman los precios regulados, donde entiende la política económica de Guzmán, pero también la oferta de bienes y servicios que no están regulados, donde los empresarios tienen voz y voto. Por supuesto, la gestión del BCRA redunda en una influencia notable.