Sobre la ecoterapia (llamada también terapia natural), ya se ha demostrado que sí funciona y que es usada en distintas prácticas y culturas de todo el mundo. Sin embargo, continúa siendo uno de los métodos de terapia menos apreciados.

Durante años, la terapia natural fue considerada una simple práctica dirigida a aquellas personas que permanecen conectadas y afectadas por los entornos que les rodean. Pero ahora hay más investigación que apoya sus beneficios.

Cómo funciona la terapia natural para mejorar tu salud física y mental
Los humanos llevan estudiando los beneficios de la naturaleza durante décadas. De hecho, el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón acuño en 1982 el término ‘ shinrin yoku ‘, cuyo significado es “baño en el bosque”.

La naturaleza aumenta la actividad en las células naturales asesinas
Mientras damos un paseo por la naturaleza, tomando el aire fresco, los compuestos orgánicos en el ambiente como los fitoncidios (sustancias químicas que emiten las plantas para combatir enfermedades) también están ingresando a nuestro organismo.

Al ocurrir esto, la respuesta del cuerpo humano es aumentar la cantidad de células asesinas naturales (una especie de glóbulo blanco) que combaten a las células infectadas por virus.

En un estudio de 2009, un grupo de participantes permaneció 3 días y 2 noches en un área boscosa. Fueron tomadas muestras de sangre y orina antes, durante y después de la prueba. La medida de la actividad de las células naturales asesinas resultó más alta durante los días que el grupo pasó en la naturaleza y el efecto duró hasta un mes después del viaje.

Tal efecto sugiere que unos pocos días en medio de la naturaleza cada mes ayudaría a que la actividad de tus células asesinas naturales adquiera un nivel de funcionamiento más óptimo, lo que significa una mayor protección.

Un ambiente natural aporta numerosos beneficios para la salud mental
Un novedoso trabajo de investigación de múltiples estudios en el Reino Unido en los que participaron más de 1200 personas consideró todas las formas en que el tiempo en la naturaleza (ejercicio verde) puede beneficiar la salud mental y el bienestar de un individuo.

Según demostraron los resultados de este análisis, tanto hombres como mujeres presentan mejoras semejantes en la autoestima luego de experimentar tiempo en la naturaleza. Además, el análisis mostró que las mayores mejoras en la salud mental se presentaron en los participantes que padecían algún trastorno mental como la depresión o la ansiedad.

Por otra parte, un estudio más reciente analizó la relación entre las respuestas psicológicas y los entornos forestales. A través del cuestionario de perfil de estados de ánimo (POMS), se descubrió que el tiempo dedicado a la naturaleza redujo considerablemente los puntajes de ansiedad, depresión, enojo, confusión y fatiga.

Paseo por la naturaleza vs. paseo por la ciudad
Una investigación de 2008 comparó los efectos restauradores de los ambientes naturales versus los urbanos. Como era de esperarse, los entornos naturales resultaron mucho más beneficiosos. La naturaleza, que abarca infinidad de estímulos intrigantes, tiene la capacidad de captar tu atención modestamente de tal forma que no hay que hacer esfuerzos ni acciones adicionales. Pero las zonas urbanas están llenas de estímulos que capturan tu atención y exigen acciones dirigidas adicionales, como detenerse en un cruce peatonal, por ejemplo.

Así entonces, una caminata en la naturaleza ofrece muchos más beneficios para nuestra mente que un recorrido por un entorno urbano. Durante un paseo por el bosque es posible “apagar” nuestro cerebro, dando el tiempo necesario para un descanso reparador.

La naturaleza como terapia para combatir el TDAH
La denominada fatiga de atención dirigida (DAF) es un trastorno que puedes estar padeciendo sin ni siquiera saberlo. Se trata de un fenómeno neuropsicológico muy frecuente que se produce por el uso excesivo de los mecanismos de atención del cerebro. Por lo general, la función de estos mecanismos es ayudarnos a combatir la distracción mientras realizamos una tarea específica. Pero cuando usamos demasiado esa función, termina debilitándose y afectando nuestra capacidad de concentración.

Además, la misma zona cerebral afectada por la DAF, denominada corteza frontal derecha, también está involucrada en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Un estudio de 2004 mostró que los niños diagnosticados con TDAH que permanecieron por algún tiempo en entornos naturales lograron disminuir los síntomas de la enfermedad.

Y aunque los científicos continúan investigando sobre los beneficios de la naturaleza, varias décadas de estudio y práctica han dejado clara una cosa: la naturaleza es buena para la salud, quizá de más formas de las que podemos imaginar.