35Al comenzar los días fríos, las ensaladas, frutas, yogures y consumo de agua van perdiendo protagonismo en la mesa de los argentinos.

Empiezan a aparecer los guisos, estofados, locros, carbonadas, y otras preparaciones que nos hacen subir la temperatura corporal; pero también, en ocasiones aportan más calorías. Por esta razón, la referente del Programa alimentación Saludable de la Dirección Provincial de Enfermedades Crónicas No Transmisibles del Ministerio de Salud, Licenciada en Nutrición, Patricia Perricone nos explica cómo hacer para llevar un estilo de vida saludable, sostenido en el tiempo y que no fluctúa con las estaciones del año.

La cantidad de energía (calorías) que nuestro organismo necesita para realizar sus funciones vitales, es la misma sin importar la estación del año, solo se modifica por la edad, la actividad física, embarazo, u otra condición especial; con lo cual, si nos descuidamos y estamos más tiempo dentro de casa, menos activos, sumado al mayor aporte de calorías de las preparaciones tradicionales de invierno, estaremos llegando a los días de calor (primavera-verano) con unos kilos de más y es ahí cuando empieza este círculo vicioso de hacer dietas raras y extremas para bajar los kilos que nos dejó el invierno.

Hay que aprovechar los alimentos que son de estación para obtener los beneficios de un alimento mucho más sabroso, nutritivo y también económico.

Las frutas de época son: manzana, pera, kiwi y los cítricos que nos aportan grandes cantidades de vitamina C, importante para prevenir resfríos y gripes típicas del invierno.

En cuanto a las verduras de estación son: zapallos de distintos tipos, calabazas, acelga, brócoli, coliflor, arvejas , espinaca, batata, papa, ajo, cebolla, puerro y repollo. Lo ideal es tener en el plato entre dos y tres colores de vegetales, para complementar vitaminas y minerales.

Algunos tips para combatir el frío, pero sin dejar de comer saludable, variado y nutritivo son:

Cambiar las tradicionales ensaladas por vegetales grillados (en sartén, plancha o parrilla, con aceite de oliva, ajo, tomillo, romero, etc.)

Preparar sopas de verdura picadas, es decir picar 10 tipos distintos de verduras, zapallos, cilantro, perejil, puerro, morrones, batata, laurel, condimentos, etc. Evitar cubitos, puede poner un trozo de carne o pollo para saborizar.

Los tradicionales soufflés o budines, tortillas o torrejas de verduras (evitar la fritura y hacerlas al horno o en una sartén untada con aceite).

Los vegetales, también, los pueden cortar en cubos asados al horno (zapallos, berenjenas, cebolla, hongos, puré, no solo de papa o calabaza, de coliflor, de zapallo con cebolla, morrones queso y cebolla de verdeo, papa y espinaca). Ensaladas tibias, arroz de coliflor con pollo salteado y verduras.

Calabazas, zapallos, morrones, pimientos, rellenos de queso, huevo, cebolla, carne molida o picada o pollo, quínoa, arroz, y especias o condimentos

Guisos (1/2 plato lentejas garbanzos, habas) y carnes desgrasadas ( ¼ plato) y verduras( ¼ plato).

Milanesas de berenjenas, de zapallitos verdes de anquín, o hamburguesas de garbanzos y calabaza, porotos negros con morrones, cebollas, hongos, berenjenas, etc.

En cuanto a las frutas, una buena opción en invierno es comer la fruta entera con cáscara de ser posible, al menos un cítrico al día. Además, preparar compotas o fruta asada al horno o tartas de manzana, pera y con una base de huevo batido, edulcorante y coco rallado para reemplazar el bizcochuelo tradicional. Se pueden comer solas como colación o postre, o agregarla en preparaciones como algún budín casero o panqueques.

Es importante recordar que el consumo de frutas y vegetales nos aportan fibra, agua, e infinidad de vitaminas y minerales necesarias para nuestro sistema inmunológico, tan importante en tiempos de COVID.

Algo muy común del invierno es el sentir deseo de tomar menos agua. Una buena opción es hacer limonadas a las que podemos agregar 1 cucharada de semillas de chía, o jugos de pomelo rebajado con agua y stevia. También, aumentar el consumo de infusiones como mate o té de hierbas después de las comidas. Optar por sopas o caldos, aunque la recomendación es que se eviten aquellos que son comerciales, ya que al ser un producto ultra procesado, suele tener mucho sodio y otros aditivos innecesarios en tu alimentación.

Por último, pero no menos importante acompañar los buenos hábitos alimentarios es acompañar con al menos 30 minutos de actividad física diaria. Si eres sedentario podes empezar con una caminata en terreno plano. Recuerda siempre que necesites ayuda, consulta con un profesional idóneo en el tema, así mantienes tu salud a pleno.