Consideran que la apertura total de Inglaterra, ordenada a partir del lunes 19, es prematura y generará problemas crónicos de salud a toda una generación.
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Más de cien científicos del Reino Unido y Estados Unidos, advirtieron que la estrategia del primer ministro británico, Boris Johnson, de reabrir aún más la nación eliminando todas las restricciones impuestas por la pandemia, es “una decisión peligrosa y prematura” que puede poner en riesgo a todos, incluidos los que ya están vacunados. En un documento publicado por la revista científica The Lancet, los científicos argumentaron que con esta estrategia, en medio de una tercera ola de coronavirus que se afianza en Reino Unido, uno de los países más golpeados de Europa, se corre además el riesgo de crear una generación con problemas de salud crónicos y discapacidad, cuyos impactos personales y económicos podrían sentirse en las próximas décadas.
Con un acumulado de más de 5 millones de contagios y más de 128.500 muertos por coronavirus, el gobierno de Johnson, decidió que el 19 de julio, denominado como el “Día de la Libertad”, finalicen casi todas las restricciones en Inglaterra.
“Implícito en esta decisión, está la aceptación de que las infecciones aumentarán, pero que esto no importa porque las vacunas han roto el vínculo entre infección y mortalidad. Creemos que esta decisión es peligrosa y prematura“, escribieron.
Según los expertos, el vínculo entre la infección y la muerte podría haberse debilitado, pero no se rompió, y la infección aún puede causar una importante morbilidad tanto en enfermedades agudas como a largo plazo.
“Los datos oficiales del gobierno de Reino Unido muestran que, al 4 de julio, el 51% de la población total de Reino Unido se vacunó por completo y el 68% se vacunó parcialmente. Incluso asumiendo que aproximadamente el 20% de las personas no vacunadas están protegidas por una infección previa por coronavirus, esto aún deja a más de 17 millones de personas sin protección“, alertaron en el documento.
“Dado esto y la alta transmisibilidad de la variante Delta del SARS-CoV-2, el crecimiento exponencial que probablemente continuará hasta que millones de personas más se infecten, dejará a cientos de miles de personas con enfermedades y discapacidades a largo plazo”, continuaron.
Pusieron como ejemplo que las altas tasas de transmisión en las escuelas y en los niños podrían provocar, además, una interrupción significativa de la educación.
También sugirieron que en base a datos preliminares, la estrategia del Gobierno proporciona un terreno fértil para la aparición de variantes resistentes a las vacunas, lo que pondría a todos en riesgo, incluidos los que ya están vacunados, en Reino Unido y en todo el mundo.
“Si bien las vacunas se pueden actualizar, esto requiere tiempo y recursos, dejando a muchos expuestos en el ínterin. La propagación de variantes de escape potencialmente más transmisibles afectaría de manera desproporcionada a los más desfavorecidos de nuestro país y otros países con escaso acceso a las vacunas”, agregaron.
Fuente: Filo