La canasta alimentaria tuvo una suba de 6,5% y se necesitaron $39.862 de ingreso mensual para que un hogar no sea considerado indigente.
En el mes de la inflación mensual más alta en 20 años, la canasta básica total (CBT) tuvo un incremento de 7% en marzo, por lo que una familia compuesta por dos adultos y dos niños necesitó ese mes un ingreso mensual de casi $90.000 para no caer bajo la línea de la pobreza, informó este jueves el Indec.
El índice de precios récord de marzo (6,7% según informó el organismo estadístico la semana pasada), tuvo su correlato en dos indicadores decisivos que marcan el ritmo del bienestar social. La canasta alimentaria, que solo incluye los bienes de primera necesidad, tuvo una suba de 6,5% en el tercer mes del año. De esa forma, un hogar precisó $39.862 para no ser considerada indigente.
Analizado en términos interanuales, la CBT tuvo una suba anual de 47,3%, lo que la ubica por detrás del ritmo general de precios. En ese sentido el registró más crítico es el de la canasta alimentaria, cuyo valor creció 55,2% a marzo, en línea con el IPC.
Los dos indicadores son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. Eso sucede porque la canasta básica –que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación– determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.
De la misma manera, la canasta alimentaria –que tiene un alcance limitado a bienes de primera necesidad– es la que configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirir la CBA son indigentes.
Fuente / Diario Panorama