¡Papá, córrete! dame lugar!

Lo que parece ser un fenómeno que promete extenderse en Catamarca, las nuevas generaciones de dirigentes intentan abrirse camino en el difícil mundo de la política. Pero sumado a las dificultes de competir con sus pares, los jóvenes deben luchar contra sus padres que se niegan a darles lugar.

Este domingo tendremos un claro ejemplo en Chumbicha: Alfredo Hoffman (hijo) enfrentará a todo el aparato de su padre, el histórico intendente de Capayán que fue electo en 1999 hasta 2003 con el Frente Cívico y luego en 2007 fue candidato de Luis Barrionuevo en el distrito, y en esta etapa -electo por el GEN de Margarita Stolbizer- lleva casi una década, pero siempre alineado al gobierno provincial de turno.

“Alfredito”, que se postula como candidato a concejal por la alianza “Hacemos Renacer Catamarca”, y sus seguidores, debieron soportar todo tipo de presiones durante la campaña, desde inspecciones sorpresivas a sus actos, negación de autorizaciones para eventos, amenazas de quitar becas a los asistentes a sus reuniones y hasta el insólito pago de becas un sábado a la noche en simultánea al acto de cierre de esa alianza dejando a la gente sin opción: “Si vas al acto de mi hijo, no cobras”, parece haber dicho el viejo Hoffmann o algún allegado o allegada de su entorno.

Algo parecido sucedió en Pomán hace 2 años cuando Nico Gordillo osó enfrentar al eterno Francisco Gordillo, el intendente récord que lleva 7 periodos consecutivos desde 1999 y se niega a soltar. En 2027 posiblemente se vean las caras nuevamente y esa pelea será para alquilar balcones.

Ni hablar de Gustavo “Gallo” Jalile, otro caudillo del siglo pasado que solamente dejo candidatear a su hijo Jair en 2011 impedido por la Justicia cuando intentaba torcer la Carta Orgánica de Valle Viejo y presentarse a otra reelección. Ahora, el viejo dirigente vuelve a la carga por una concejalía, y contrariamente a lo que se esperaba, no cedió el lugar a su hija Zamira que desde hace años milita junto a él y hasta había realizado un destacado trabajo social en el departamento.

Quizá si Rafael Olveira en 2021 se hubiera corrido para darle lugar a su hijo Adrián -que era concejal-, en vez de obstinarse en seguir él como intendente de Los Altos, hoy sería otra historia en la localidad de Santa Rosa.

Y los que creen que Pío Carletta sí tuvo la deferencia con su hijo Franco de cederle la intendencia de Icaño, en realidad fue un intento de quedarse con el pan y la torta al irse él como senador departamental. Ahora, que dejará la banca de Diciembre ya se habla que en dos años regresará por la suyo, porque eso cree, como los otros papás, las intendencias son suyas.

Así lo demuestra la historia de Catamarca, sino veamos lo que pasó en Fiambalá con Amado “Coco” Quintar, que ni en sus últimos tiempos políticos cedió terreno a favor de su hijo Bernardo, de modo que no sólo perdió la intendencia con Roxana Paulón en 2015, sino que condenó a su hijo a quedarse sin banca en el Senado y a perder en cuanta elección se presentó sin herencia, de modo que hoy apenas pelea por una concejalía con una alianza fuera del radicalismo junto al ex libertario José Jalil Colomé y al ex Frente de la Gente, ARI, Rubén Manzi.