sábado, octubre 5, 2024
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Harta del bullying de sus compañeros, nena de 5 años pidió “Dios llevame al cielo”

El conmovedor video que se viralizó en redes sociales muestra a Agustina relatando el calvario que vive en la escuela.

Aquella nena dulce, llena de alegría y motivaciones que describía su familia al momento de hablar de Agustina lamentablemente se acabó. Resulta que esta nena de tan solo 5 años le pidió a sus padres envuelta en llanto que Dios la llevase al cielo.

El calvario de Agustina comenzó en su escuela. “Ya el año pasado le decían cosas en el jardín, pero por ahí como era más chica no se daba cuenta pero ahora sí y le duele lo que escucha. Todos los días regresa a casa llorando, enojada, nos pide no ir más a la escuela y dice que se quiere ir al cielo. Nos enteramos que este no es el primer caso de maltrato en la escuela, hay nenes que hasta son golpeados por sus compañeros”, cuenta Juan Carlos Palma (45), papá de la nena.

Agustina no contó nada de lo que le sucedía en su casa. Al empezar primer grado su familia la vio entrar a su casa llorando, molesta y que hasta tiraba su mochila. Dejó de ver los dibujitos como antes, las pocas veces que sale a jugar lo hace sola. Su carácter cambió.

Cada vez que le preguntaban qué pasaba, la nena se negaba a hablar y su familia comenzó a preocuparse. Fue su hermana Sara, de 18 años, la que logró que pudiera contar el motivo de su sufrimiento. “Dijo que en la escuela se ríen de ella, que le dicen ‘gorda cerda’, ‘gorda chancha’, ‘gorda puta’… ¡Tiene cinco años y tiene que escuchar todo eso!”, reclama quebrado su padre. En un intento desesperado de hacer algo para ayudarla, su mamá Verónica la grabó contando qué le dicen sus compañeros de escuela y compartió esas imágenes con sus hermanas. Una de las tías de de Agustina subió el video a sus redes y se volvió viral.

“No quiero ir más a la escuela. Me dicen gorda. Me tratan de gorda chancha, estoy cansada. Me tienen harta”, se queja entre llantos, Agustina, con mucho enojo y a la vez, una tristeza infinita. Se trata de una grabación de pocos segundos, pero contundente. Golpea fuerte a quien la escucha.

Luego que se difundiera el video (grabado el lunes 11 de abril), Agustina no fue a la escuela. No ir le da tranquilidad, sintiéndose mejor en la seguridad que le ofrece su casa.

Reacción de las autoridades escolares

“Se siente mejor estando en casa, pero basta mencionar la escuela para que se ponga mal. Se encierra. Esto es para nosotros un proceso difícil y como papá se me parte el corazón de ver a mi hija así y de saber que esté padeciendo tanta crueldad”, expresa Juan Carlos. Recuerda que el año pasado llegaba del jardín, pedía el celular y se quedaba sola viendo los dibujitos y no contaba nada. La veía rara y le preguntaba qué le pasaba pero no lo decía. Intuye que por esos días había iniciado el hostigamiento y pidió ayuda en la escuela.

“La directora la culpó a ella de salir al recreo para ir al comedor a pedirle a la celadora que le dé gallegas y pan… También me dijo que debe ser diabética y me preguntó si está en tratamiento médico por el peso… Yo esperaba que ella llamara a los padres de los niños que la insultan para hablar con ellos. No conozco a ninguno porque por mi horarios de trabajo pude ir pocas veces a la escuela y creo que no son del barrio”, agrega.

Para ellos, tras la reunión fallida en la escuela, no queda más que dar el paso siguiente y elevar la situación en la Dirección de Escuelas porque “han habido varios casos de niños golpeados adentro de la escuela, hay otras denuncias”, dice Juan Carlos.

“Cuando le dije a la directora que haría eso, como tomándome el pelo, me dice: ‘¿Conocés la escuela Toro? La Dirección está a la vuelta, si la quiere hacer…’ Yo fui a contarle lo mal que se siente mi hija y me encontré con actitudes que no vienen al caso y que no esperaba. Me dijo que los videos que subió mi cuñada fueron una payasada”.

Juan Carlos y Verónica, como toda la familia de Agustina, solo desean que su hija vuelva a ser la misma nena que era. “Cada vez que yo llegaba de trabajar, ella se sentaba en mis piernas, me abrazaba y me decía: ¡Papi te quiero mucho!, ya no lo hace. No es el amor de nena que era antes. Por todo esto que le están haciendo está así, no pude ser por otro motivo.”

“A los padres de los chicos que hacen bullying les pido que eduquen a sus hijos mostrándoles qué es hacer el bien y qué hacer el mal, que les hablen para que no hagan esto, que sean amistosos con otros niños, que hablen con ellos y les expliquen que hacen mucho daño, que no es gracioso. Y a los papás de nenes que sufran como mi hija les pido que lo cuenten, que hablen porque así esto se puede resolver y terminar”, finaliza.

Fuente / Infobae

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