sábado, abril 20, 2024
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Los Altos tiene representantes en la Armada Argentina

 Los aspirantes a Marinero Tropa Voluntaria Kevin Lobo, Christian Rodríguez, Liliana del Jesús Álvarez, Cecilia Reinoso y Brando Lobo son oriundos de la localidad catamarqueña de Los Altos, ubicada a 95 kilómetros de la ciudad capital.

  Kevin Lobo, Christian Rodríguez, Liliana del Jesús Álvarez, Cecilia Reinoso y Brando Lobo son aspirantes a Marinero Tropa Voluntaria, que se encuentran realizando el Período Selectivo Preliminar (PSP) en dependencias del Comando de Instrucción y Evaluación de la Infantería de Marina (COIE).

Oriundos de la localidad catamarqueña de Los Altos, ubicada a 95 kilómetros de la ciudad capital, los jóvenes se convirtieron en los primeros nacidos allí que a su egreso formarán parte de las filas de la Armada Argentina.

Luego de rendir los exámenes de ingreso en Tucumán, prepararon sus bolsos, se despidieron de familiares y amigos, y emprendieron juntos el viaje hacia la Base Naval Puerto Belgrano. Para algunos la primera vez que dejaban su hogar.

“Cuando arribamos los cinco juntos nos sentimos impactados por llegar a un lugar tan inmenso y, a la vez, nuevo. Fueron muchísimas horas de viaje, en las que uno fue teniendo diversas sensaciones encontradas: nervios, alegría por el nuevo desafío, tristeza por dejar nuestros pagos y a nuestros familiares, y por último, una gran responsabilidad”, recuerda con profunda emoción la aspirante Liliana del Jesús Álvarez, de 18 años.

Los Altos es una localidad agrícola y ganadera cuya producción está dedicada a los cultivos de soja, maíz, tabaco, citrus, arándanos, entre otros. Justamente los aspirantes provienen de familias que se dedican a estas tareas.

“En nuestro pueblo somos pocos, pero hay mucha gente obrera. Es un lugar pintoresco y estamos acostumbrados al paisaje que nos brindan los cerros que son muy lindos. Nuestros familiares estaban muy ansiosos cuando llegó el día de irnos y muchos vecinos se acercaron para preguntarnos si necesitábamos algo”, comentó sonriente Cecilia Reinoso de 21 años.

Kevin Lobo, de 20 años, recuerda su infancia jugando en los campos familiares. “Mi mamá y mi papá se dedicaban a la cosecha de la papa, maíz y el tabaco; por eso se me viene a la memoria estar corriendo entre las plantaciones con mis hermanos. Cuando no respetábamos lo que nos decían, nos poníamos a cosechar los alimentos y hacer el apartaje y limpiezas de las hojas verdes del tabaco”.

El aspirante Rodríguez nació en Buenos Aires hace 21 años y es hijo adoptivo de Los Altos. “Mi padre es de allí, pero por cuestiones laborales de él, viví en Buenos Aires hasta los 7 años. Luego de unas vacaciones donde viajamos a Catamarca, decidió que nos mudáramos junto a mi hermana más chica ya que mi abuela estaba muy enferma y necesitaba de nuestro cuidado”, recordó muy emocionado.

Y agregó que, en una decisión muy triste, tuvo que abandonar los estudios para ayudar a su padre. “Llegué hasta el 6° año porque la situación económica era muy complicada y necesitábamos trabajar. En ese tiempo conocí la historia de Gerardo, quien tenía experiencia en la Armada; él me terminó convenciendo para que me vaya a anotar a la Delegación Tucumán. Luego de presentar los papeles, rendir y ser seleccionado, sentí una alegría inmensa”.

Junto a Kevin llegó su primo Brando Lobo, de 18 años, que recuerda las sensaciones que tuvo los primeros días de instrucción. “No fue sencillo y al principio me costó y los días se me hicieron muy largos, pero a medida que pasó el tiempo me acostumbré a la rutina”.

Para Brando esta experiencia es única. “Hay situaciones que estamos viviendo y que con palabras no se pueden explicar. Tengo amigos que están interesados en ingresar y ojalá tomen la decisión de hacerlo. Estando acá se aprecia mucho a la familia y se valora lo poco o nada que se tiene”.

De los cinco futuros aspirantes, la única que había tenido algún familiar dentro de la Armada Argentina es Liliana, la menor de 7 hermanos. Su padre se retiró como infante de Marina. “Heredé de él la vocación militar. Él me inculcó los valores que aquí me fueron enseñando: el esfuerzo, el respeto y la camaradería”.

Su padre ahora dedica su tiempo a trabajar en el campo y realizar changas como albañil. Mientras que su mamá es ama de casa y cuida de uno de sus hermanos.

Otro de sus hermanos reside en Mendoza, donde sigue la vocación de su padre: trabaja en campos destinados a la cosecha de naranjas y aceitunas.  El resto ha formado familia y siguen viviendo en su localidad natal.

Los aspirantes Christian Rodríguez, Kevin y Brando Lobo comparten la misma pasión: el fútbol. “Terminábamos de trabajar, nos cambiábamos y organizábamos partidos. Se ponían lindos porque no eran para nada amistosos; todos nos creíamos profesionales. Nos dividíamos en dos equipos que son los más populares: Villa Cuba y Atlético Policial”.

Unos de los aspectos que se da cuando jóvenes de diversos puntos del país se presentan en la Base Baterías para realizar el Período Selectivo Preliminar es el compañerismo que se genera.

“Es algo fundamental –coincide Liliana–, porque desde que puse un pie aquí, el apoyo y el empuje que me brindan mis compañeros fue instantáneo. Todos tenemos historias de vida similares y eso es algo que nos une; nos damos aliento, nos divertimos, soñamos juntos y eso hace que el tiempo pase rápido”.

Lo mismo opina Cecilia, que reconoce el buen compañerismo y el apoyo que se dan ante diferentes situaciones. “Pensé en regresarme después de hablar por primera vez con mi mamá y cuando la escuché a mi hermanita. Esos días fueron duros y pensé en dejar, pero por suerte ahí están las compañeras que te alientan para seguir”.

Todos los aspirantes reconocen el buen grupo que se formó. “Hay chicos con situaciones difíciles y todos nos apoyamos y mantenemos una comunicación fluida. Cuando uno está mal el grupo se acerca y tratamos de conversar”, expresó Brando.

La importancia de la visita de sus familiares

El pasado sábado por la tarde y en una jornada llena de emociones, tanto los cinco aspirantes oriundos de la localidad de Los Altos como el resto de los jóvenes recibieron a sus familiares y amigos.

“La visita de los familiares fue una sensación única e irrepetible. Recibir el abrazo de mi padre y de mi hermana fue algo difícil de contar, hay que vivirlo; ellos viajaron durante horas para darme un abrazo y expresarme lo orgullosos que estaban de verme así, tan cambiado”, destacó el aspirante Rodríguez.

Por su parte, Kevin se fundió en un abrazo con su madre y con su padre, que lo sorprendieron. “Nunca imaginé que pudieran venir hasta aquí, debido a que es un viaje muy largo el que ellos hicieron. El orgullo de verlos fue muy fuerte ya que los extrañaba muchísimo: ellos me enseñaron que los sueños se cumplen y que si uno pelea por ellos, la vida tarde o temprano, nos devuelve lo mismo”.

Brando recibió la visita de su papá y en su pueblo quedaron su mamá y sus 4 hermanas a quienes extraña pero que le dan fuerza para seguir adelante. “Para la visita vino solo mi papá Javier y me emocioné al verlo porque no sabía que iba a venir. Cuando lo vi corrí a abrazarlo y ojalá que para mi egreso puedan venir ambos”.

Los cinco aspirantes se mostraron muy emocionados al recordar este momento y coincidieron en la misma palabra: ORGULLO. “Fue la primera vez que sentía orgullo de mí: como hijo. Además, tomé conciencia de todo el esfuerzo que hacen nuestros padres para vernos crecer y que es hora de que yo haga mi camino en la vida. Demostrándole que uno puede y que lo poco o mucho que ellos nos dieron fue lo suficiente y necesario para vivir”, cerró el aspirante Rodríguez.

Haber recibido la visita de los familiares les trajo recuerdos y momentos de su infancia y parte de su adolescencia. Liliana extraña  las salidas al centro con sus amigas, ir a bailar y compartir mates y charlas.

“La comida que más se extraña es el locro, que por más que sea un plato típico argentino, en nuestra localidad es muy habitual que se coma. Otras comidas son los guisos, pizzas y las empanadas”, expresó.

Los recuerdos no son ajenos a Cecilia y Brando. “Extraño –dice Cecilia– el olor a café y los mates con mi mamá”, en tanto que Brando confiesa que lo que más añora son las comidas de su papá.

Período Selectivo Preliminar 2019

Los aspirantes –jóvenes hombres y mujeres procedentes de varias provincias del país–, se encuentran en el PSP desde el 26 de abril pasado.

Durante casi ocho semanas se les brindaron los primeros conceptos vinculados a la instrucción militar básica necesaria que les permita a futuro desenvolverse en la rutina según las tareas que les serán asignadas en las unidades a las cuales serán destinados: Infantería, Seguridad y Dotación o Servicios.

“El Período Selectivo Preliminar ha cambiado mucho mi personalidad, la manera de expresarme y a ser más responsable, cumplir horarios y respetar tanto al superior como a mis compañeros y estar juntos como si fuéramos hermanos”, valora Kevin.

Las anécdotas y vivencias que pasaron durante su desarrollo son muchas. “La anécdota que más recuerdo es cuando fuimos a la Pista de Liderazgo ubicada en la Base de Infantería de Marina Baterías. Estuvo muy bueno cómo nos enseñaron, nos mostraron y pudimos realizar las actividades”, cita Christian.

“Recuerdo –agrega Kevin– el adiestramiento de tiro FATS en la Fuerza de Infantería de la Flota de Mar. Los instructores nos dieron una charla explicándonos cada detalle y pude realizar tiros de práctica.”

Para finalizar, los aspirantes recalcan que todo lo aprendido fue importantísimo. “Las enseñanzas que nos han dado durante el PSP han sido muy provechosas. Es lindo comenzar a incorporar la conducta militar, el adiestramiento físico, cambiar los hábitos de vida y valorar lo que nos enseñaron nuestros padres”, concluyó Brando.

El futuro a la vuelta de la esquina

El egreso como marineros segundo Tropa Voluntaria será realizado en forma coincidente con la ceremonia de jura de la bandera.

Con respecto a este momento, el aspirante Rodríguez manifestó: “Cuando recibamos el uniforme el día de la ceremonia, todos viviremos la misma sensación: orgullo, tanto personal como familiar. Y también será como una forma de agradecer a nuestro pueblo, ese pueblo que nos vio nacer y crecer, y nuestra retribución será que nuestro pequeño pueblo sea conocido en todo el país”.

“Ese día es uno de esos que recordaremos por siempre. Vamos a estar rodeados de compañeros que se esforzaron día a día para lograr el gran objetivo. Además será el broche del tiempo transitado intenso y exigente que nos formó como futuros infantes de Marina”, subraya Cecilia Reinoso.

Cinco historias llenas de sueños que fueron, son y serán el orgullo de una localidad que se hace conocer en todo el país.

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