En Avellaneda, la Academia mostró carácter, se impuso por 3 a 1 en un cierre para el infarto y avanzó de fase en el certamen internacional. Enfrentará a Vélez.

El partido prometía tensión y espectáculo, y no decepcionó. Con más de 50.000 hinchas en el Cilindro, Racing y Peñarol protagonizaron un duelo cargado de dramatismo, fútbol de alto voltaje y momentos de incertidumbre que mantuvieron a todos al borde del asiento.

El encuentro empezó intenso, con el terreno complicado por la lluvia, que hizo rodar la pelota de manera impredecible en distintos sectores de la cancha. A pesar de ello, la Academia se adaptó rápido, mostrando posesión, circuitos de pases y desbordes por las bandas que poco a poco lo fueron metiendo contra su arco al equipo uruguayo.

Tras un global favorable a Peñarol momentáneamente, llegó el momento clave: Franco Pardo, entrando en el segundo tiempo, aprovechó un centro preciso y con un cabezazo fulminante estampó el 3-1 definitivo, desatando la euforia de la hinchada y asegurando la clasificación a cuartos de final. Antes, el equipo había contado con dos goles de Maravilla, uno de penal, en tanto que Nahuel Herrera había empatado para la visita en el primer tiempo.

El técnico Gustavo Costas demostró una lectura acertada del juego, apostando por cambios estratégicos como la entrada de Pardo y manejando con inteligencia los momentos de presión y el clima adverso. La Academia jugó con autoridad, valentía y coraje, dejando atrás la ansiedad y mostrando su mejor versión en el plano internacional.

Ahora, Racing enfrentará a Vélez en cuartos de final. es decir, un argentino jugará semifinales.