El reconocido psicólogo, autor y columnista Gabriel Cartañá fue el invitado especial del día miércoles, en la jornada inaugural de la Feria del Libro con su charla “¿Por qué somos así? Cuando lo simple se hace difícil”, que se llevó a cabo con un importante marco de público en el salón Peregrina Zárate en el Predio Ferial Catamarca.
“La personalidad es única al ser un conjunto de lo que pienso, siento y digo habitualmente, y la conducta habitual es parte de la personalidad y verla desde esta perspectiva presenta la posibilidad de cambiar la habitualidad de una conducta que no nos gusta y de ese modo cambia la personalidad”, expresó.
Cartañá indicó que hay conducta interna de lo que “siento y pienso” y externa de lo que “digo y hago” y el conjunto de esas cuatro variables conforman la personalidad. Para profundizar sobre la explicación que da la posibilidad de cambiar la conducta y mejorar las relaciones con los demás citó a Eric Berne y el Análisis transaccional como forma de explicar el comportamiento humano.
Explicó que la personalidad es el “Gran yo” y hay estados del yo: el primero es el padre interno, con emociones programadas; el segundo el niño interno, con emociones naturales, auténticas, y el tercero el adulto interno, frío, calculador, es el que negocia con el padre y el niño y evalúa lo que conviene hacer.
Y señaló que cada uno de estos estados tiene cuatro más: el padre crítico es positivo porque sanciona, cuestiona crítica, corrige malas conductas; el padre crítico negativo, es la versión tóxica que sanciona lo que no hay que sancionar, sanciona lo que hay que sancionar pero de manera inadecuada, o corrige lo que no debe corregir.; el padre nutritivo es positivo porque es el que cuida, protege, salva y el padre nutritivo negativo, es el que sobreprotege.
En la personalidad también hay varios niños: el niño libre positivo es afectuoso, generoso, empático; el niño libre negativo es cruel, hace bullying y se divierte con la maldad; niño sumiso positivo es la parte que acata las normas que hay que acatar; el niño sumiso negativo acata las normas que no hay que acatar, aguanta lo que no debe (violencia); el niño rebelde positivo es el que se rebela frente a lo que es injusto en la vida y lo hace de manera correcta, y el niño rebelde negativo se rebela frente a lo injusto de manera inadecuada.
Con la participación de una pareja del público y un intercambio con preguntas, dio un ejemplo de cómo funcionan estos aspectos en las personalidades de dos personas. Luego, expuso sobre las tres condiciones que construyen la personalidad: la biológica, la cultural y las experiencias personales.
Acerca de la primera variable dijo que “el temperamento es respuesta ante estímulos externos y existen niveles de umbral de excitación bajo, medio y alto ante determinados estímulos; El gen es otra condición que construye nuestra personalidad, el aspecto físico puede condicionar nuestra personalidad”.
Respecto a la segunda variable que construye la personalidad dijo que “es la cultura en la que hemos nacido y la tercera variable las experiencias personales. En relación a este citó a Jean Paul Sartre que dijo “que es cierto que somos el resultado de lo que el azar en la vida hizo con nosotros por no haber decidido la variable biológica, cultural ni las experiencias personales que nos tocan atravesar, pero dijo que nosotros somos resultado de lo que hacemos con todo eso”.
Al ser consultado por una asistente del público si hay un límite de edad hasta el que se desarrolla la personalidad respondió que “está en perpetuo cambio”. “Dependiendo la generación a la que pertenezca la persona puede cambiar, por ejemplo la generación x es híbrida porque es transicional, quedó entre lo analógico y el cambio con la era digital y todo lo que vino después, y las generaciones anteriores les fue un poco más difícil, algunas se resisten pero otras en cambio deciden deconstruirse y hoy vemos que en eso la sociedad ha avanzado.