Para vernos y sentirnos bien no basta con limpiar la piel, hacer ejercicio y comer sano, ¡también hay que tener un buen descanso! De eso se trata esta tendencia que emergió de la mano de la actriz Gwyneth Paltrow y cuyo foco consiste en “limpiar el sueño” para desintoxicar la piel y mejorar el metabolismo.
Primero nos encargamos de la piel y la rutina de limpieza se convirtió en el paso inevitable para mantenerla sana y joven. Más tarde llegaron los entrenamientos que no sólo buscaban tonificar o adelgazar, sino también eliminar toxinas. Después nos dispusimos a limpiar los alimentos: los jugos detox, los superalimentos y los ayunos se sumaron a la to do list en materia de bienestar. Pero parece que nada es tan efectivo como “limpiar el sueño”.
Un buen descanso –entre 6 y 8 horas diarias–, además de renovar energías y mejorar el humor, ayuda a perder peso, potencia el rendimiento deportivo, refuerza el sistema inmunológico, reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y hace que la piel recupere luminosidad y se vea relajada.
Clean sleeping es el nombre con el que esta tendencia por respetar las horas de sueño indicadas se dio a conocer.
Gwyneth Paltrow es una de las abanderadas de este movimiento que no sólo requiere de cantidad de horas sino que le da importancia a la calidad en la rutina previa al descanso.
No consumir alimentos durante las 3 horas previas a acostarse, ni mirar pantallas brillantes como el celular, contar con una buena almohada, masajear los pies con una crema hidratante con rico aroma y meditar antes de alcanzar el sueño son algunos de los pasos a seguir para obtener el resultado deseado.
“La vida que recomiendo no sólo se basa en comer sano, sino también en el sueño de calidad. Al menos siete u ocho horas”, declaró la actriz en un artículo para el Daily Mail y desde entonces no hay revista o suplemento de belleza que no cuestione si estamos durmiendo bien o no.
“Mi experto en nutrición, el Dr. Frank Lipman, me ha explicado que el sueño de mala calidad puede ser inquietante para el metabolismo y las hormonas, lo que puede conducir al aumento de peso, malhumor, deterioro de la memoria y niebla del cerebro, así como a muchas otras complicaciones de salud como inflamación y reducción del sistema inmunológico (lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas). Y no hace falta decir que el sueño pobre es terrible desde el punto de vista de la belleza”, aseguraba la celeb en el diario británico.
Según el Dr. Daniel Cardinali, médico, investigador superior del CONICET y profesor emérito de la UBA, a pesar de que afectan a mucha gente los problemas del sueño y sus consecuencias se tienden a subestimar; sin embargo, los efectos del mal dormir repercuten en tres grandes áreas de nuestra actividad: “Una inmediata se da en la esfera cognitiva y está vinculada con la capacidad para llevar a cabo tareas que exigen atención y concentración.
Tiene un impacto negativo fundamental en el proceso de memoria y en la creatividad. La segunda esfera es la emocional (fluctuaciones del humor, irritabilidad, ansiedad, depresión) y en la conducta (frustración, impulsividad, consumo de sedantes y drogas).
La tercera consecuencia es el riesgo de enfermedades que tienen a la privación de sueño como factor agravante: obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y gastrointestinales, enfermedad de Alzheimer, cáncer”, explica el experto. Se estima que antes del invento de la lámpara eléctrica dormíamos unas tres horas más que en las condiciones actuales. Y al parecer el progreso de la tecnología nos aleja más y más del sueño reparador.
“Hemos reducido unas dos horas nuestro tiempo diario de sueño en los últimos 50 años –asevera Cardinali– y, aunque son muchas las razones para la falta de sueño, el principal factor ha sido el avance tecnológico a partir del desarrollo de la iluminación artificial de nuestra noche. La tecnología nos ha desvinculado del día natural de 24 horas en el que nuestra especie evolucionó. Cuanto más iluminamos nuestras vidas, menos dormimos”.
La luz artificial altera los ritmos circadianos (la relación luz/oscuridad) afectando el sistema hormonal que está sincronizado para que cuando haya luz estemos activos, y recuperemos energía cuando no la haya. Como consecuencia, dormimos poco o tenemos un descanso de mala calidad que se ve reflejado en nuestra energía y salud. ¿Cómo revertirlo?
DORMIR BIEN PARA VERSE MEJOR. Para tener un sueño realmente reparador es conveniente modificar nuestras acciones durante el día. El Dr. Cardinali asegura que mantener horarios regulares para acostarse y levantarse es clave, y realizar algún ejercicio suave (andar, nadar pausadamente, pasear en bicicleta) durante el día promueve la relajación antes del sueño.
Un baño caliente, masajear los pies con una crema hidratante de aroma agradable y textura gruesa antes de apagar la luz, o cualquier otra rutina que atenúe la tensión antes de dormir predispone a ese estado.
Para “limpiar el sueño” también es necesario no irse a dormir con la panza llena. Según Gwyneth Paltrow es importante mantener una ventana de ayuno regular durante 12 horas al día, es decir que si dormimos unas 8 horas, no conviene consumir alimentos al menos durante las 3 horas previas a acostarse.
“Evitar el café, el té, los chocolates, las bebidas colas y otros estimulantes del sistema nervioso central luego de las cuatro de la tarde”, enfatiza Cardinali y asegura que conviene evitar consumir bebidas alcohólicas al menos 6 horas antes de acostarse. Evitar ruidos y luz excesiva. La temperatura debería rondar entre 16 y 22 grados.
La cama debe ser ancha y confortable, y la almohada cómoda y pulverizar las sábanas con aceites esenciales también predispone a la relajación.
Por último, intentar “interrumpir el estrés” del día con pequeñas pausas de unos minutos, como respirar profundamente, meditar o realizar algún ejercicio de relajación ayuda a tener un sueño limpio.