La quinta jornada de la emblemática edición N° 50 de la Fiesta Nacional del Poncho contó con el impecable canto nativo de sus intérpretes que generaron diferentes momentos cargados de emoción, tal como el tributo que una joven cantora le brindó a la icónica figura de Polo Giménez, cantautor que hizo trascender a Catamarca por el mundo a través de la histórica composición “Paisajes de Catamarca”.
Además, tuvieron su espacio y se recordó a otras personalidades muy vinculadas al festival como el inolvidable trovador Carlos Trejo y el empleado del área de Cultura, Ricardo Vega.
Precisamente fue una representante de las nuevas generaciones la encargada de materializar un excelente tributo a Rodolfo Lauro María Giménez. La joven y experimentada cantora pomanista Fernanda Cruz puso en escena el cuadro denominado “De este lado del Recuerdo”, con el que homenajeó la obra musical de uno de los pilares indiscutidos de la música de raíz folclórica de Catamarca.
Se trata de una artista y docente que supo abrazar de pequeña aquellos cálidos paisajes de Pomán y con el correr del tiempo se ha destacado por su excelente voz y su repertorio tradicional. Canciones como “Al Dejar Mis Montañas”, “Viejo Corazón” y “Cuando me brotan las Coplas” conformaron un show de jerarquía que contó, además, con la voz en off para la presentación de cada canción a través de la inconfundible voz de Marcelo Amador. De esta manera, no sólo los catamarqueños trajeron a su memoria el imborrable trabajo musical de “Don Polo” sino que, también, se reflejó el enorme talento de una de las voces femeninas por excelencia del cancionero catucho.
La presente edición virtual, organizada por el Ministerio de Cultura y Turismo, mantiene el masivo acompañamiento de la gente a través de la transmisión en vivo, que se realiza desde las redes sociales del Ministerio, por la TV Pública provincial y muchas plataformas y emisoras que retransmiten la propuesta. Esta vez, la conducción estuvo a cargo de José Yunes, Jorge Álvarez y Viviana Gil.
La apertura de la tarde tuvo como protagonista al cantautor Hugo Nanni, que por medio de una compacta y bien folclórica puesta en escena demostró porqué es para muchos uno de los emblemas de la música chacarera. Visiblemente emocionado, volvió a cantarle a su tierra con composiciones como “Con Valle Viejo en el Alma” y “La Gringa”, además de exhibir por medio de la poesía el recuerdo que representa la Plaza de San Isidro, esa que cobijó inolvidables momentos de su infancia.
Otro momento especial de la jornada fue aportado por la delegación del departamento Capital, que supo conjugar la buena música con la excelencia del baile. Utilizando como escenario diferentes espacios de la Plaza 25 de Mayo, y como eje temático los 200 años del nacimiento del arquitecto Luis Caravati, la propuesta incluyó la participación especial de Blanca Gaete como “Doña Ciudad” y de Roberto Albarenga encarnando a Caravati, y presentó tres canciones -ganadoras del concurso municipal de canciones 2020- que evocaban a los barrios La Chacarita, Pucará y Villas Cubas en las voces y la música de Raúl Argerich, Luis Bazán y María Paula Godoy. En danza, destacaron el ballet de danzas municipal y bailarines de los talleres municipales dirigidos por Rita Soria y Magali Tolaba.
A su turno, María Paula Godoy, nacida en la localidad tucumana de Monteros pero actualmente radicada en Valle Viejo, interpretó uno de sus últimos trabajos como es una vidala que tuvo como fondo a los históricos túneles de La Merced. Si bien su estilo posee el alma de una artista criada entre sambas brasileras, también se siente cómoda en el contexto del cancionero folclórico argentino y local. Acompañada por la guitarra de Martín Angera y la percusión de David Quiroga, la cantora dejó su sello en el escenario del Poncho.
La delegación proveniente del departamento Santa Rosa y siempre vigente Ballet Catamarca Danza -a cargo del reconocido profesor José Pepe Díaz- aportaron su color y brillo por medio de la danza, a través de diferentes puestas en escenas en la que conjugaron los sentimientos y las costumbres que los catamarqueños no dudan en mostrar al país y el mundo a través de su icónico festival.
Pero la noche estaba necesitando de un condimento especial y fueron diferentes artistas los que le aportaron la fuerza y el sentimiento para elevar el clima festivalero. El bandoneonista tinogasteño Kaly Barrionuevo elevó la temperatura de la fiesta con sus clásicas melodías que le brindaron un calor especial a estas particulares jornadas virtuales de invierno. Allí, aprovechó la oportunidad e invitó al cantor Raúl Espeche para brindar un homenaje (con la clásica versión de “La Catamarqueña”) al recientemente fallecido trovador Carlos Trejo, que supo integrar su formación en los últimos tiempos.
La emoción arriba del escenario se extendió con el reconocimiento brindado por el Ministerio de Cultura y Turismo a Ricardo “Veguita” Vega, un empleado que supo desarrollar sus tareas en ese espacio por casi tres décadas y que falleció recientemente.
Por su parte, La Troya ha sabido difundir tierra adentro y en gran parte del país el folclore inédito, autóctono y tradicional. Con ese mensaje y encabezado por el trovador Aldo Rodríguez, presentó canciones que son un clásico en su repertorio como “Revuelo de Poncho” y “Entre Sueños y Nostalgias”.
La tonada que identifica al interior profundo continuó sobre el escenario mayor -que tiene como epicentro al Cine Teatro Catamarca- a través del espectáculo del folclorista belicho Wilson Figueroa. Representa a uno de esos artistas que lleva en su canto la exquisita poesía de su Londres natal. Y en este contexto, presentó canciones propias y otras pertenecientes al cancionero tradicional que se mantuvieron fiel a un trabajo que conoce de constancia y mucha pasión.
El cierre de la quinta jornada llegó a través del aporte musical de Los Hermanos Rodríguez, una agrupación emergente en el contexto folclórico catamarqueño, que ya supo difundir con marcado éxito sus canciones por países americanos y europeos. El dúo folclórico encabezado por Emilio Edgardo y Mario Hernán Rodríguez dio rienda suelta a un trabajo que permitió rememorar aquellos tradicionales patios criollos a través de una batería de zambas y chacareras que le pusieron color y ritmo a la noche, entre las que sonaron “El Gauchito catamarqueño”, “Zamba de Vargas” y “Remedio Atamisqueño”.
De esta forma, el histórico Poncho Virtual mostró la jerarquía de sus artistas y llevó a la audiencia desde sus hogares a sentir, emocionarse y disfrutar de la música y la danza que identifican a Catamarca.