Junto con casi 300 egresados de diferentes localidades de la provincia, los chicos del oeste catamarqueño disfrutan de su viaje de egresados en la emblemática institución.
Cada lunes, cientos de sonrisas y miradas deslumbradas inundan el CIIC. Desde que el Gobierno que conduce Lucia Corpacci lanzó el Programa “Jugamos, Aprendemos y Compartimos Nuestras Cosas”, el sueño del viaje de egresados para los alumnos de sexto grado se cristaliza desde hace ya cinco temporadas. Y esta semana no es atípica, desde temprano este lunes, las combis y colectivos estacionaban en la recepción de la emblemática institución a cargo del Ministerio de Desarrollo Social, que conduce Eduardo Menecier, para ver concretado su anhelo: pasar una semana inolvidable todos juntos y llevarse con ellos recuerdos imborrables. Así, desde Fuerte Quemado llegaron los egresados de la Escuela N°241 y de la escuela N°705, Santa María, mientras que desde Belén llegaron los alumnos de la Escuela Cooperativa 20 de Diciembre. Desde Chaquiago, Andalgalá llegaron los chicos de la Escuela N°235 Justo José de Urquiza, pero Valle Viejo también dijo presente esta semana en el CIIC con la presencia de los egresados de la escuela N°31 Bartolomé Mitre, al igual que la Escuela N° 28 Clorinda Orellana Herrera de Capital y las escuelas N°214 Dina Perea de Aparicio de Anquincila, la Escuela N° 76 de San José y la Escuela N°322 Eulalia Ares de Vildoza de Cañada de Páez, estas últimas de Ancasti.
Recreo también tiene a sus representantes en el CIIC, los egresados de la Escuela N°279 Presidente Juan Domingo Perón, de la Guardia, así como también Fray Mamerto Esquiú que esta semana llego a la emblemática institución con los egresados de las escuelas N°443, de la Falda, la Escuela 204 de Pomancillo Oeste, la escuela N°484 de las Pirquitas, la Escuela N°368 Dr. José Eusebio Colombres de Pomancillo Este y la Escuela N° 146 Fray Buenaventura Rizo Patrón de la Tercena. Finalmente, también llegaron a pasar su viaje de egresados los alumnos de la Escuela N°378 de los altos y los chicos de la Escuela N°255 de Medanitos, Fiambalá, que junto a su maestro Juan Rasgido y la seño Dina Patricia Rivero, directora de la escuela, pasan unos días inolvidables en la institución que dirige la Prof. Silvia Sarapura.
Aunque el calor apretaba un poco, ellos lucían orgullosos su campera de egresados color bordo, y sus caritas color Pachamama con ojitos rasgados resaltan entre cientos de sonrisas. Siempre cerca unos de otros, y a la vista de sus docentes, los egresados de Medanitos concretaron su ilusión de venir al CIIC y “cosas simples para cualquiera como subir a una cama de arriba en una cucheta, subir y bajar las escaleras, compartir la pileta o los talleres”, para ellos es una novedad comentó la seño Dina Patricia Rivero, directora de la escuela, que junto con el maestro Juan Roldan disfrutan de verlos felices.
“A pesar de que los chicos de Medanitos no manejan las nuevas tecnologías, porque no tienen celular para jugar o muchas veces no tienen ni siquiera televisión en sus casas, ellos juegan entre sí con piedritas, haciendo pocitos o también haciendo nuevos amigos de otros lugares aquí. El compañerismo, la amistad, el respeto, son valores que ellos tienen, pero vemos que en el CIIC se fortalecen los valores humanos” aseguró la directiva de la escuela dando el ejemplo de que “sus chicos practican en su casa y con su familia, pero aquí comparten la habitación con otros chicos, las horas de descanso, las horas de diversión y hasta las consultas médicas las comparten”, aseguró la docente que con ternura de madre miraba a sus alumnos jugar con piedritas bajo la sombra de un árbol en el CIIC.
Controles Médicos
Semanalmente, los huéspedes del CIIC reciben la atención medica profesional de diferentes especialidades con el fin de completar la Carpeta de Salud que, junto con la Libreta Sanitaria Infanto-Juvenil les será entregada el viernes antes de su partida a sus lugares de origen. Así, y durante los días de su estadía los alumnos acceden a diferentes controles médicos tales como controles odontológicos, estudios antropomórficos, cardiológicos y de laboratorio, al igual que el control del calendario de vacunas, completando las dosis que fueran necesarias. En este sentido, la directora de la escuela expresó alegría y agradecimiento por los cuidados de la salud de los hicos ya que “nosotros vivimos en una zona inhóspita donde la visita de un médico es temporalmente y los papás, de condición humilde, no cuentan con los recursos necesarios para trasladarse a capital y realizarles controles de mayor complejidad. Es buenísimo porque vamos a poder llevarles los informes a los papas así puedan hacer un seguimiento médico con el profesional que corresponda”, aseguró la docente.
Antes de salir detrás de sus alumnos para acompañarlos a los diferentes talleres que se desarrollan en el CIIC el maestro Juan aseguró que “cuando partamos del CIIC nos vamos a llevar muchas experiencias, nuevas y buenas, muchos amigos y también muchos recuerdos de felicidad. Lo que me impacto del lugar es la integración que se vive entre las diferentes escuelas, lo que les permite conocerse, compartir diferentes vivencias. Los vemos felices a los chicos y ese es nuestro regalo”, concluyó el maestro.
