Durante la fría tarde del lunes 24 de junio, se llevaron a cabo las celebraciones en honor de San Juan Bautista, patrono de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, en la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle.
Los actos incluyeron este año la peregrinación desde el Hospital San Juan Bautista, cuyas autoridades encabezadas por la directora asistencial, Dra. Yanina Vázquez, y personal llegaron al Santuario con la sagrada imagen que veneran en el principal nosocomio de la provincia, junto con el capellán, padre Daniel Pavón.
Luego del ingreso al templo se dispusieron a participar de la Eucaristía.
La Misa Solemne fue presidida por el padre Ángel Nieva, párroco de San Antonio de Padua, y concelebrada por los sacerdotes que sirven en el Santuario y Catedral Basílica, Gustavo Flores (rector), Luis Páez y Ramón Carabajal (capellanes), y el presbítero Daniel Pavón, capellán del Hospital San Juan Bautista y párroco de San Nicolás de Bari.
En su homilía, el padre Pavón dijo que “San Juan Bautista ha sido puesto como patrono de nuestra ciudad capital de Catamarca, y cuando la Iglesia confía el patrocinio de un santo nos está proponiendo a alguien para imitar, un ejemplo de entrega a Dios. Juan Bautista es el último profeta del Antiguo Testamento y hace de nexo con el Nuevo Testamento. Todos los profetas anunciaban al Mesías, al Salvador, también Juan, pero en su caso fue el único que lo vio con sus propios ojos. No sólo lo anunció, lo proclamó, lo vio y lo señaló como el Cordero que quita el pecado, a quien se debía seguir. Reconoce en la persona de Jesús de Nazareth al enviado del Padre, el Mesías prometido, anunciado, esperado”.
Más adelante afirmó que “él tuvo la misión de preparar al pueblo de Dios con un corazón bien dispuesto, esto de allanar los caminos, abrir surcos, senderos para que sea sembrada la Palabra. Decía: ‘Yo soy la voz, Él es la Palabra; yo soy una lámpara encendida en el desierto, Él es la Luz del mundo’. Esto nos habla de la humildad que caracterizaba a Juan Bautista”. Y remarcó que “la virtud de la humildad es la que caracteriza la vida de nuestro santo patrono en esta ciudad de Catamarca.
Y si decimos que es propuesto para la imitación, la humildad es una de las virtudes que tenemos que imitar junto con el espíritu de penitencia, de austeridad, de pobreza, de un estilo de vida simple y sencilla”.
En otro tramo destacó la total coherencia de vida San Juan Bautista, “con su propia vida, con su propio ser, hasta su modo de vestir, la imagen lo representa vestido con piel de camello, sandalias en los pies, de austeridad, de penitencia, de ayuno y oración. Es el modo cómo él con su propia vida predicó y anunció la llegada del Mesías”. Por eso, “considerando este estilo de vida de Juan”, invitó a “pedirle al Señor la gracia de imitarlo en la humildad, es decir desaparecer nosotros y que Cristo aparezca”.
También mencionó que “estamos en el mes del Sagrado Corazón, y Jesús dirá: ‘Aprendan de mí que soy paciente y humilde de corazón. Vengan a mí todos los que están afligidos, cansados, agobiados, Yo los aliviaré’. La virtud de la humildad es una de las que más le agrada a Dios porque el que se humilla será elevado y el que se eleva será humillado. Pidamos entonces a nuestro santo patrono esa gracia en este día”.
Antes de la bendición final, se rezó la oración a San Juan Bautista ante su sagrada imagen.
Luego se desplazó la imagen que veneran en el Hospital San Juan Bautista hasta el atrio de la Catedral, para dar inicio a la procesión alrededor de la plaza 25 de Mayo.
A su regreso al Paseo de la Fe se bendijo el fuego y se presentaron danzas nativas, mientras los presentes degustaban un chocolate caliente con bollitos.