miércoles, diciembre 4, 2024
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Pedro Roberto Arias, vida y pasión por el atletismo

Pedro Roberto Arias, nacido un 14 de Noviembre del año 1933, en La Bajada, localidad del departamento Paclín, desde donde pudo destacarse en la disciplina que más amó: el atletismo.

De chico, tuvo que abandonar la escuela para poder ayudar económicamente a su familia. Eran 10 hermanos y, el único sostén era el trabajo de su padre. Su madre, Doña Faustina Ortega, junto a sus hermanos criaban cabras y se ocupaban de una pequeña hacienda. Fue así que pasó su niñez y adolescencia.

Luego, en el año 1953, contrajo matrimonio con Miguelina González, oriunda de El Portezuelo, Valle Viejo. Ese mismo año es convocado para formar parte del servicio militar obligatorio, regresando a los 6 meses cuando recibe la grata noticia que su primer hijo estaba en camino.

Practicó otros deportes, tales como ciclismo, y fútbol, siendo arquero de aquel recordado, y ya inexistente Deportivo Antonio Tayre de El Portezuelo, club que supo militar en aquella Asociación Chacarera de Football (actualmente Liga Chacarera de Fútbol). Hasta que, en el año 1956, participó de su primera maratón. Fue en la localidad de Los Altos, y ganó su categoría. Su primer premio fueron “5 pesos y una lata de durazno”. Allí, comenzó su pasión.

Sigue trabajando en fincas de otras familias, hasta trasladarse a un puesto como cuidadores denominado “Los Tipiles”. Nacen allí dos hijos más. A los años regresaron a El Portezuelo y nacen el resto de sus hijos, entre ellos los gemelos Edgardo y Eduardo. Lamentablemente Edgardo fallece y la familia unida suman fuerzas para seguir adelante.

En 1.967 consigue trabajo como guardia cárcel, retirándose cuando cumple sus 21 años de servicio, con retiro voluntario, durante este tiempo construye su casa y le dá una mejor vida a su familia.

Vuelve a trabajar en fincas y, allí sufre dos echos desafortunados: el primero, un animal le propinó un fuerte impacto, afectando su hígado y riñon. La otra, al tomar agua de un arroyo, contrae fiebre amarilla, algo que casi le costó la vida. El trabajo y el atletismo iban de la mano.

Era reconocido en otras provincias por sus destacadas actuaciones en las competencias. En 1974, en Buenos Aires, fué uno de los 5.000 privilegiados invitados a participar de la Gran Maratón “El Gráfico”, siendo el único representante de nuestra provincia, e ingresando entre los 500 puestos. A la semana, y para sorpresa de su hijo Oscar (lamentablemente fallecido en 2022), quien semanalmente compraba “El Grafico”, se dan con la foto de Don Pedro, ilustrando la información.

También tuvo la suerte de formar parte de la selección argentina de atletismo, participando de un sudamericano que se disputó en la ex pista del Club Atlético River Plate de Argentina. En el año 1979, integró una delegación local, que participó de la mundial “Corrida de San Silvestre” en San Pablo, Brasil. Esa fué la maratón de su vida. Él, un hombre que trabajó desde niño con frío, lluvia y el sol azotando en su espalda, llegó a cruzar la frontera gracias a su tenacidad y disciplina. Como anécdota, cuando regresó a Catamarca de participar en esta maratón, los presos le dieron un reconocimiento entregándole un cuadro de honor, haciendo resaltar que su persona servía de ejemplo para ellos, contando además, que en su época de guardia cárcel, siempre fue servicial con los reos, desde allí nació ese respeto que luego le fuera devuelto.

En 1981, comenzó a realizar su propia maratón en El Portezuelo, Valle Viejo, y lo acompañaron cientos de amigos que supo ganarse a lo largo de su vida. Siempre fue familiar y sentida, la más querida por todos, yá que está maratón llena el corazón, y reconforta el alma de todos los que aman el atletismo. Fue el mismo, Don Pedro, quién donaba alguno de sus premios para los ganadores así no sé perdiera el entusiasmo, y todos se lleven un recuerdo.

Y así murió, enamorado del atletismo, vencido por un maldito cáncer,un 23 de noviembre de 1997, dejando un gran sufrimiento a su familia y amigos. Don “Pedrito”, fué un ejemplo de vida, de persona, por eso el “Don” que lleva delante de su nombre ya que no puede ir solo, porque fue un señor con letras mayúsculas.

Hoy, su carrera sigue realizándose, uniendo a los atletas cómo Don Pedro siempre lo deseó. “Lo importante es participar, y amar al deporte”, decía Don Pedro Roberto Arias.

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