Los hombres serían el de crianza junto a la mujer y el progenitor. Este último no sabía sobre su paternidad y la mamá se lo advirtió antes de morir.
El Juzgado de Familia de Orán, Salta, ordenó la inscripción de un niño como hijo de su madre y de dos padres, el de crianza y el biológico, luego que la mujer falleciera.
En un principio, el menor había sido anotado como el hijo del hombre con el que convivía la mamá. El progenitor se enteró que podría ser el padre del niño cuando la mujer le advirtió que existían posibilidades de que así sea.
De esta manera, ni bien tuvo conocimiento sobre esto, demandó el reconocimiento filiatorio. En su presentación, aseguró que mantuvo una relación sentimental con la madre, se separaron y un año más tarde ella le admitió que el niño podría ser de él. Prueba de ADN mediante, descubrió que tenía razón y luego se produjo el fallecimiento.
El padre de crianza solicitó una paternidad compartida para no perjudicar la personalidad de su hijo y el biológico aceptó, porque “quiero el bien de mi hijo y no quiero que se vuelva un trofeo, porque no lo es”, acotó en la audiencia.
Ambos hombres no solo llegaron a un acuerdo para un cuidado compartido, sino que el mismo también alcanza la alimentación conjunta del menor, que la residencia principal del mismo sea en la casa del “progenitor socioafectivo”, que exista un amplio régimen de visitas y que el nene mantenga el nombre y apellido de nacimiento y se adicione el apellido de su progenitor biológico.
FUENTE: C5N