sábado, abril 19, 2025
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Tras el aumento de la carne, la gente prefiere consumir pollo

Tras la exorbitante suba del precio de la carne, por ejemplo los salteños optan por consumir más pollo. Propietarios y empleados de pollerías de los barrios de la capital explicaron que las ventas no bajaron, sino que se mantienen, según un relevamiento efectuado en la zona sur.

“Viene bastante gente a comprar pollo. Por suerte no bajó la venta. En una buena jornada podemos atender más de 100 personas”, contó Romina, encargada de una pollería ubicada sobre la calle La Opinión, en el barrio El Tribuno.

Señaló que lo que más buscan los clientes es pechuga, que cuesta 2.300 pesos el kilo; pata-muslo, cuyo valor es de 1.300 pesos y trozado de pollo, que cuesta 1.200 pesos.

El kilo de alitas cuesta 800 pesos, mientras que un menudo o un puchero está a 450 pesos. Las supremas, las hamburguesas y las albóndigas salen 1.200 el kilo de cada una.

“La gente se queja por los precios y porque está todo caro, pero igual termina llevando”, expresó Romina.

Florencia Silisque, de 50 años, es dueña de una pollería ubicada sobre la avenida Roberto Romero, en el barrio Intersindical, desde hace seis años. Aseguró que en su caso las ventas están regulares. “Hay días que entra más gente y otros menos, también depende de la fecha del cobro de los sueldos”, dijo.

Añadió que lo que más vende son pollos enteros y alitas. “Un pollo de dos kilos y medio o quizá tres cuesta entre 2.400 y 2.500 pesos. Las alitas las vendo a 700 pesos el kilo”, refirió.

Expresó que cada día cuesta más cubrir los costos. “Todo se encarece y cada día es peor. Hay que pagar el alquiler. Para llegar a eso el local tiene que funcionar bien, tiene que haber movimiento. Para ayudar un poco también vendo verduras y frutas, pero mi principal ingreso es el pollo”, dijo.

María, dueña de otra pollería ubicada sobre la calle Radio El Fueguino, contó que si bien su negocio registra ventas, siente que la situación se está paralizando un poco.

“Me sorprende mucho que la gente busca mucho puchero y menudencias, que son lo más barato”, expresó la mujer que hace 25 años se dedica al rubro de la pollería.

Al puchero lo vende a 150 pesos y al menudo a 350 pesos. “Antes, siempre sobraban estas cosas porque era como que nadie las quería y ahora es todo lo contrario. Es lo primero que me piden, por ejemplo, para hacerse un guiso de menudos con arroz”, precisó.

La mujer puso ofertas para atraer más clientes. Ofrece el kilo de alitas a 690 pesos y los dos kilos de pata-muslo a 1.950 pesos.

“En el último tiempo tuve que incorporar mercadería: arroz, fideos, aceite al negocio porque la venta solamente de pollo no me da”, finalizó.

 

Desde una pollería ubicada sobre la calle Diario Territorio de Misiones, que funciona desde hace 30 años y donde la gente suele hacer fila para comprar, Jorge, un trabajador, expresó: “Los vecinos ya conocen la calidad de los productos que vendemos y por eso vienen. Entran de 65 a 100 clientes en una jornada”.

Sin embargo, es notoria una diferencia. “Algunos pueden seguir comprando un kilo o dos de pollo para sus familias, pero hay personas que sí empiezan a reducir la cantidad y llevan cuatro o cinco milanesas para el día”, manifestó.

Además, comercializan cerdo, pastas, pescados y productos con semillas. “Hay variedad porque si hubiera una sola cosas creo que si estaríamos un poquito complicados con las ventas”, finalizó.

Buscan ofertas y variedad

Desde todas las pollerías consultadas, tanto propietarios como empleados explicaron que la gente compara precios en distintos locales, busca ofertas y recién realiza su compra.

Según el peso y la calidad, un pollo entero puede costar desde 2.400 hasta $3.500.

“La gente fue reduciendo el consumo y también dejando ciertos hábitos. Antes llevaba por kilos ahora lleva por unidades. Nos cuentan que ya no compran tanta ropa, ni salen a comer afuera”, sostuvieron.

La mayoría de los dueños de pollerías acompañan la venta con comestibles, frutas, verduras u otros productos. “Con el pollo solamente no alcanza. Hay que tener variedad para ofrecer, sino la gente se va”, coincidieron.

Fuente / El Tribuno Salta

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