Un nuevo capítulo de angustia e incertidumbre se vive en la exfábrica Mom Sports, donde las trabajadoras denuncian que las maquinarias fueron retiradas sin autorización durante la madrugada. A casi un año de haber ocupado por primera vez la planta para exigir el pago de sus indemnizaciones, el panorama vuelve a ser desolador: máquinas desaparecidas, promesas incumplidas y una fuerte sospecha sobre el accionar del gobierno provincial.
Brenda, una de las trabajadoras afectadas, relató entre lágrimas el momento en que ingresaron al lugar: “Ayer filmamos lo que había. Hoy volvimos con una nueva orden judicial para retirar otras máquinas, y ya no había nada. Vaciaron la planta”. La maquinaria, según contaron, era parte del embargo ordenado por la Justicia para cubrir las deudas salariales de los empleados despedidos.
La situación genera aún más bronca porque, según las propias trabajadoras, el único que tenía las llaves del galpón era Alejandro Salamanca, a quien identifican como nexo entre el gobierno provincial, el Ministerio de Trabajo y la empresa. “Siempre nos pidieron que no hablemos mal del gobierno, pero ya está. Nos vieron la cara demasiadas veces”, reclamó Brenda.
De acuerdo al testimonio, la orden judicial vigente permitía embargar bienes por un valor de 110 millones de pesos, que cubrían a solo 10 trabajadoras. Estaban previstas nuevas acciones para asegurar las indemnizaciones del resto del personal, unas 130 personas en total. Sin embargo, con la planta vacía, esa posibilidad se desmorona.
La bronca se mezcla con el dolor. Muchas de las operarias permanecen en el lugar y aseguran que no se moverán hasta que se esclarezca qué ocurrió con las máquinas. “Era nuestra única garantía. Si no nos pagan, al menos teníamos eso para rematar y recuperar algo. Hoy ya ni eso”, lamentaron.
Además, se sienten traicionadas por las reiteradas promesas oficiales: desde la reactivación de la planta con una nueva empresa, hasta la posibilidad de incluir a las trabajadoras en cooperativas textiles. “Todo quedó en palabras. Nos mintieron otra vez. Algunas conseguimos trabajo por las nuestras, pero la mayoría sigue desocupada”, cerró Brenda.
Las trabajadoras aseguran que presentarán una denuncia penal y apuntan directamente contra un funcionario de apellido Salamanca y las autoridades provinciales. “Queremos saber dónde están nuestras máquinas. Esto no se puede tapar”, advirtieron.
Mientras tanto, el galpón de Mom Sports vuelve a ser símbolo de lucha, abandono y la persistente deuda con quienes, a fuerza de trabajo, siguen esperando justicia.