Como no hay precios de referencia, hay que caminar y buscar ofertas porque las diferencias son enormes. También buscan otras alternativas para poder dar obsequios de fin de año.
La canasta de Navidad cuesta ahora tres veces más que el año pasado. La tradición de regalar cajas de Navidad para fin de año ya parece quizás una utopía en este presente distópico. Esa idea de que la empresa o la fábrica era una gran familia comenzó a quedar en una entelequía y en tiempos donde el individualismo y la alta inflación acompañan los cambios de época.
Con lo que en 2022 se compraba una caja navideña de seis productos hoy apenas alcanza para el pan dulce y una garrapiñada. El año pasado la caja mínima, con 8 productos, costaba 1.500 pesos en un supermercado de la zona sur y hoy cuesta 5 mil pesos; lo que refleja un crecimiento de 233% interanual.
En los mayoristas hay mejores precios y más amplia variedad de oferta. Hay una segmentación de la oferta según la categoría de trabajador. La caja básica de seis productos cuesta 4 mil pesos. Hay un segundo nivel de siete productos a 6.300 pesos y una premium de 12 productos a 20 mil pesos. El año pasado la caja básica de 6 productos costaba mil pesos. El porcentaje de aumento interanual llega al 300%.
Sin embargo, los gerentes comerciales sostienen que fechas antes de las fiestas esos montos puedan tener alguna facilidad, oferta o beneficio si se compran por grandes cantidades. No creen que puedan aumentar significativamente, salvo que haya un corrida o algo extraordinario luego del 10 de diciembre con el cambio de presidente.
Un escenario de incertidumbre por la economía actual y el momento especial de transición que vive el país hace que los precios tengan una dispersión total. Es un fenómeno desde los productos de Navidad hasta los de primera necesidad. La recomendación siempre es la misma, caminar, andar y preguntar, porque los precios de las cajas y las características de los productos que la integran varían de un comercio a otro. Hay siempre ofertas extraordinarias escondidas.
Hay que ver bien la cantidad y calidad de los productos que la integran. Los tipos de los frutos secos, las frutas abrillantadas y el chocolate modifican el costo del producto final, sobre todo en panificación.
Sobre modas
Según informan diarios de ciudades de otras provincias, conviene armar las cajas que comprarlas listas. Ya no conviene ni el cartón de las cajas porque cuesta mucho; salen entre 700 y 1.000 pesos cada unidad.
“Muchos patrones andan buscando armar bolsones de Navidad para entregarlos a sus empleados. Porque armando se consiguen precios mayoristas muy buenos”, dijo una encargada de calle Pellegrini.
Para tener una idea de la enorme diferencia de los precios entre los supermercados y los mayoristas se debe tener en cuenta la siguiente información. El budín de pan en un supermercado parte de los mil pesos y llega a los 11 mil pesos. En un mayorista, comprando un bulto comienzan desde los 400 pesos la unidad. Lo mismo con los turrones, que en los supermercados el más económico sale 300 pesos y en un mayorista 180 pesos. La sidra en las góndolas cuesta 1.500 pesos la más popular y a la venta por caja en los proveedores se consigue a 800 pesos cada una.
Otra moda que se van perdiendo son las fiestas de fin de año para los trabajadores porque las firmas cuentan presupuestos más acotados. Así, muchas empresas sin fiestas, sin bonos, sin cajas de Navidad, sin premios, están buscando otras alternativas como las gift cards y tarjetas prepagas como recompensa de fin de año.
Un relevamiento nacional efectuado entre el 22 y el 29 de septiembre por la consultora Mercer, que el 82% de las empresas encuestadas regalará una caja navideña; el 32%, un voucher de compras o gift cards; el 9% lo estaba evaluando; el 8% brindará una caja de productos de la empresa; el 6% dará un bono de fin de año; el 3% realizará un sorteo de regalos y el 1% brindará un regalo a elección.
Fuente / El Tribuno Salta