viernes, julio 26, 2024
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“El cine argentino es siempre percibido como cine de calidad”

La hora de la siesta hace de Pinamar un pueblo desolado, digno de una película de terror con un poco de imaginación. No hay casi nadie en la calle y, de repente, en la puerta del céntrico Teatro de la Torre, se impone un hombre de pie acompañado por otras dos personas. Podría tratarse de una aparición, de un fantasma, de un zombi, pero su presencia está lejos de ser sobrenatural. Es Mike Hostench, subdirector del Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Catalunya (Sitges), quien se encuentra de visita en el país por la realización del Festival Blood Window en la ciudad balnearia (hasta el 20 de abril) y de la primera Semana de Sitges en el Cine Gaumont de Buenos Aires (del 22 al 26 de abril).

“Siempre ha habido una buena representación del cine argentino en Sitges y creo que era natural que estrecháramos relaciones con la Argentina”, asegura Hostench en diálogo con Infobae Cultura. De ese vínculo, nació el Festival Blood Window, organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), la Municipalidad de Pinamar y el mismo Sitges, y cuya segunda edición tiene todas sus actividades y funciones gratuitas, incluso proyecciones terroríficas en medio del bosque.

-En muchas oportunidades, dijo que su objetivo es llevar el Festival de Sitges por el mundo. ¿Por qué entre todos los países de América Latina eligieron particularmente a la Argentina para iniciar esa misión?
-Argentina ha sido siempre una potencia dentro del cine en general, pero también del cine fantástico en todo el mundo. Siempre ha habido una buena representación del cine argentino en Sitges y creo que era natural que estrecháramos relaciones con la Argentina, que han sido muy fructíferas a través del INCAA. Es el caso de Blood Window, una iniciativa que creó Javier Fernández del INCAA para la difusión del cine fantástico latinoamericano, incluyendo también el cine de Catalunya y de Portugal. Tuvo mucho impacto en Cannes y en Ventana Sur (el mercado de cine latinoamericano organizado por el INCAA y el Marché du Film del Festival de Cannes). El siguiente paso fue colaborar con el primer festival Blood Window del mundo, que fue el año pasado en Pinamar.

-¿Se eligió Pinamar por una razón en particular?
-Fue una elección de los organizadores, pero fue un acierto del INCAA y del intendente Martín Yeza, ya que la Municipalidad de Pinamar apoya este evento. La ciudad nos parece fabulosa y este año tiene la novedad de aprovechar el bosque, una idea genial porque el bosque es siempre un elemento que tiene muchas connotaciones del cine fantástico. Pinamar, al igual que Venecia, Cannes o el mismo Sitges, es una ciudad que tiene el turismo como una de sus principales industrias, entonces cumple también el objetivo de todos los festivales de promocionar sus sedes.

-Decía que el cine fantástico y de terror argentino tiene una fuerte presencia en Sitges, ¿qué es lo que más se destaca?
-El cine argentino es siempre percibido en los mercados internacionales como cine de calidad, sea de género o no. En el caso del cine fantástico, siempre hay interés cuando hay una nueva película argentina. No solo se destaca la ola de cine fantástico de los años 2000, sino que hay nombres nuevos como los hermanos Luciano y Nicolás Onetti, que tienen una proyección interesante y son reconocidos por su producción en todo el mundo.

-Este año, no solo va nuestro cine para allá sino que también viene Sitges para acá con la realización de la Semana de Sitges en el Gaumont del 22 al 26 de abril…
-Buenos Aires es una ciudad enorme, donde esperamos un buen recibimiento. Estamos orgullosos de que hayan confiado en nosotros. La programación se parece a la del Festival Blood Window en Pinamar. Hemos añadido -gracias al programador de Sitges, Diego López- un homenaje a Helga Liné, una actriz germana que trabajó mucho tiempo en España en el género del terror y que también tuvimos el honor de tenerla como invitada en el Festival de Sitges. Se le hará un homenaje con la proyección de Pánico en el Transiberiano, de Eugenio Martín (1973).

-El cine fantástico y de terror no es para cualquiera, sea por el miedo, las escenas sangrientas, etc., ¿qué películas recomienda que vaya a ver una persona que tiene curiosidad por el género, pero que a la vez tiene sus reservas?
-En Sitges también tenemos cine fantástico, thriller o ciencia ficción, pero si hablamos de cine de terror para personas a las que no les guste la violencia o la excesiva violencia gráfica, hay muchas películas que dan miedo por la sugestión o el ambiente. Recomendaría The Innocents (1960), dirigida por Jack Clayton y con fotografía de Freddie Francis, que es una gran película gótica, con fantasmas, con miedo y una trama muy madura que provoca terror y miedo. Otra es La escalera de caracol (1945), de Robert Siodmak, con una trama criminal pero que también aborda el terror. En Blood Window Pinamar, como elegimos películas más de terror, diría de ir a ver Christopher, de Lee Cronin. Tiene mucha atmósfera, es la historia de una madre y un hijo y puede apelar a un público más tranquilo. Para la Semana de Sitges, In Fabric, de Peter Strickland, aunque no es para todo el mundo. No es de terror violento pero tiene cierta sofisticación que exige un esfuerzo por parte del espectador; es intelectualmente desafiante.

-¿Y cuál es la obligatoria de esta edición del Festival Blood Window y de la primera Semana de Sitges para los fanáticos del género?
Mandy, de Panos Cosmatos, porque es una de las mejores películas de este último año, con Nicolas Cage y Andrea Riseborough de protagonistas. Es un film que combina esos dos mundos, el de terror fuerte y con violencia y a la vez de gran atmósfera, música increíble y fotografía impecable. Combina esa sofisticación del género fantástico junto con unas referencias que son bien del cine popular del terror, más bestial.

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