Mientras se aguardan los primeros informes periciales sobre el cuerpo de Sheila, los especialistas que trabajaron en el lugar en el que la encontraron vieron algunos indicios de lo que podría haber pasado con la nena de 10 años.
El cuello de Sheila tenía marcas por lo que sospechan que la nena habría sido ahorcada. Según lo que pudieron descifrar los peritos el crimen habría ocurrido entre 72 y 120 horas atrás. De esta forma, se sospecha que los tíos de Sheila la mataron el mismo domingo que desapareció y decidieron descartar el cuerpo cuando ya no había posibilidad de seguir escondiéndolo.
A las dos horas de que encontraron el cuerpo de la nena, la tía paterna, Leonela Ayala y su marido Fabián González confesaron el crimen en sede policial. “Tomamos droga y alcohol y no sabemos cómo llegamos a eso”, admitieron ante los policías de la Dirección de Investigaciones de San Miguel.
Sin embargo la confesión hasta el momento no sirve como prueba judicial hasta que no lo declaren ante el juez Mariano Grammático o el fiscal Gustavo Carracedo.
Luego de matarla, los tíos pusieron la ropa (bombacha blanca, jogging gris, remera fucsia y blanca y una de las sandalias) en una bolsa. El equipo policial encontró el cuerpo desnudo dentro de la misma bolsa de plástico, debajo de un colchón, entre una pared y una medianera.