Home Bienestar Los 6 hábitos infalibles para cuidar tu piel de la ola polar
La calefacción y las duchas muy calientes son los principales enemigos de la piel en invierno. Clave para evitar la sequedad.
La combinación de viento, cambios bruscos de temperatura y sequedad de los ambientes calefaccionados podrían afectar la piel que los abrigos no cubren.
Las más sensibles como la cara, y en especial los labios y las manos, tienden a resecarse, enrojecerse o agrietarse con mayor facilidad.
Entender cómo responde la piel a las bajas temperaturas es clave para prevenir molestias y evitar que se agraven problemas dermatológicos preexistentes.
“El invierno trae consigo un combo de factores que impactan en la salud de la piel: la vasoconstricción disminuye el flujo de oxígeno y nutrientes, y la calefacción reseca el aire de los ambientes, generando una pérdida de humedad en la epidermis”, explica la dermatóloga del CMC Mendoza de Boreal Salud, Andrea Pascual.
Un aspecto importante para tener en cuenta es que las manos y labios deben hidratarse dos veces al día, pues son zonas muy sensibles a la sequedad.
Consejos
Aplicar una crema de manos rica en nutrientes y protectora después de lavarlas, además de utilizar bálsamos labiales que cuenten con ingredientes emolientes y reparadores como la manteca de karité o ceramidas, entre otros para evitar los labios agrietados.
Por otra parte, es importante evitar las duchas con agua muy caliente, ya que contribuye a la sequedad cutánea, al aumento de picor e incluso a la aparición de dermatitis.
“Por eso, en invierno lo mejor para cuidar la piel es optar por duchas con agua tibia”, dicen los especialistas.
Consejos prácticos para que la piel no sufra en esta época
Para tomar precauciones, es recomendable incorporar los siguientes seis hábitos a la rutina diaria:
1. Hidratación por dentro y por fuera: tomar suficiente agua durante el día y aplicar cremas hidratantes por la mañana y por la noche, e incluso más seguido si la piel lo necesita.
2. Limpieza suave: usar productos hipoalergénicos y evitar jabones que puedan alterar la barrera cutánea natural.
3. Protección solar todo el año: aunque no haya sol, los rayos UV siguen presentes y pueden dañar la piel. Es importante usar protector incluso en invierno.
4. Labios protegidos: al ser una de las zonas más sensibles, es fundamental hidratarlos varias veces al día con bálsamos específicos.
5. Cuidado con el calor directo: evitar el contacto inmediato con estufas, radiadores o duchas muy calientes, ya que los contrastes térmicos pueden dañar la piel.
6. Humedad en casa: utilizar humidificadores ayuda a mantener el ambiente equilibrado.