En los próximos 30 días, el calendario electoral pasará de la “velocidad crucero” y acelerará las revoluciones a un nuevo nivel. El Gobierno tendrá puesta su atención en las primarias de Santa Fe y Córdoba, dos de las tres provincias con mayor cantidad de electores después de Buenos Aires. Pero también pondrá a prueba su capacidad de recuperación en las elecciones a gobernador en La Pampa, donde el PRO perdió la interna con el radicalismo.

El desafío inminente será el próximo domingo 28 de abril en Santa Fe, uno de los distritos “grandes” que tendrá una de las competencias locales con mayor incertidumbre. Ese día se desarrollarán las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), donde solo la oposición peronista resolverá en las urnas cuál de sus dos precandidatos a gobernador disputará el 16 de junio. En cambio, la mayoría de los frentes ya tienen definido sus postulantes y presentarán una lista única en los cargos ejecutivos y legislativos.

El peronismo impulsa las listas del senador nacional Omar Perotti, y la ex vicegobernadora María Eugenia Bielsa. Como pasó en otras provincias, el kirchnerismo privilegió la unidad del espectro justicialista y bajó a sus candidatos “K puros” a gobernador, optando por una vía pragmática.

No es el caso de María Eugenia Bielsa, una dirigente que tiende a mostrarse ajena a la estructura partidaria del PJ y a los juegos de poder locales. Por esa razón logra traccionar el apoyo de agrupaciones y votantes independientes. En una entrevista con Infobae, advirtió: “Omar Perotti y el socialismo fueron funcionales a las políticas del gobierno de Macri”. 

En el caso de Cambiemos, el intendente de Santa Fe José Manuel Corral será el candidato a gobernador por la coalición oficialista, mientras que la fuerza gobernante, a través del Frente Cívico y Social, impulsa al socialista Antonio Bonfatti, quien quiere volver al cargo que ya ocupó entre 2011 y 2015.

Después de la ruptura por la falta de acuerdo para confluir con un único candidato, Cambiemos irá divido en la provincia de Córdoba. Presentará dos listas en las primarias del 12 de mayo: una encabezada por el intendente de la ciudad capital, Ramón Mestre (UCR); y otra con el jefe de la bancada de Diputados de Cambiemos, el radical Mario Negri, que irá en alianza con el PRO con el frente “Córdoba Cambia” y con el macrista Héctor Baldassi como vice candidato a gobernador.

Tras esta división, el oficialismo provincial dirigido por el gobernador Juan Schiaretti cuenta con las mayores chances para lograr su reelección. El frente “Hacemos por Córdoba” competirá en alianza con una decena de partidos que incluye, entre otros, al GEN y al Partido Socialista. Pese a la rivalidad entre ambos espacios, esta vez, Schiaretti contará con el apoyo del kirchnerismo, que sorprendió al bajarse de la disputa para priorizar, nuevamente, una derrota del macrismo.

El ciclo de los próximos 30 días cerrará con la votación a a gobernador en La Pampa, donde se elijen además treinta diputados provinciales. La Casa Rosada intentará recuperarse de un duro golpe tras la derrota que tuvo el ex futbolista Carlos Mac Allister (PRO) con el dirigente radical Daniel Kroneberger, que logró imponerse en la interna de Cambiemos el 17 de febrero pasado por un amplio margen, con 65,66% de los sufragios el 34,34 por ciento.

Con ese escenario, Kroneberger se medirá con el diputado nacional Sergio Ziliotto (PJ), quien aspira a ser el sucesor de Carlos Verna en la gobernación pampeana. El mandatario local ungió a Ziliotto como su candidato tras resolver no presentarse por padecer una grave enfermedad.

En ese agitado y apretado calendario electoral, las provincias que transitan con cierta incertidumbre durante el próximo mes son La Rioja y San Luis, donde la propia puja política redefinió las reglas de juego.

La Rioja debía celebrar su elección a gobernador el 12 de mayo, pero los comicios fueron suspendidos luego de que la Corte Suprema de Justicia impugnara el cuestionado referéndum de comienzos de año que aprobó la reelección del gobernador Sergio Casas.  Por ahora, no hay fecha definida sobre cuando será la convocatoria a las urnas. 

En ese contexto, y con el bloqueo a la candidatura de Casas, el peronismo riojano atraviesa una severa crisis de conducción. Los nombres fuertes posibles para reemplazarlo son el ex gobernador Luis Beder Herrera, quien aspira a ser el candidato de la unidad entre el justicialismo y el kirchnerismo; el otro es Alberto Paredes de Urquiza, intendente de la capital riojana, pero su cercanía y vínculo con Cambiemos le juegan en contra en esa definición.

San Luis, en cambio, tenía previsto celebrar sus primarias el 28 de abril, pero los comicios quedaron sin efecto porque no son obligatorios y todas las alianzas políticas presentaron candidaturas únicas para las generales del 16 de junio.

El distrito cuyano atraviesa una pelea intestina por el poder local. La centralidad de la elección estará en la guerra “fraterna” entre los caudillos puntanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá, invencibles desde el retorno de la democracia en 1983. A ello se le suma una curiosidad adicional: hasta el candidato de Cambiemos, el ex gobernador Claudio Poggi, fue en el pasado parte del mismo oficialismo provincial.

En todos los casos, el oficialismo tiene la ardua tarea de reponerse de las derrotas que cosechó en Neuquén y Río Negro, donde las fuerzas provinciales encabezadas por Omar Gutiérrez (MPN) y Arabela Carreras (Juntos Somos Río Negro), respectivamente. El escenario no es el más propicio, luego de que se registró en marzo una inflación del 4,7% y tras el lanzamiento de las medidas anti crisis para paliar la recesión y la caída del consumo.

En cualquier situación, Santa Fe y Córdoba se convertirán en una vidriera nacional para cualquiera de las fuerzas en pugna y una “encuesta” de vasto alcance. Juntas suman casi 5 millones de personas habilitadas para votar, una cifra cercana al 16% del electorado.