Cinco insurgentes atacaron este sábado el Ministerio de Información en Kabul, una acción con al menos doce muertos que se produce dos días después de que se cancelara la primera reunión entre representes de los talibanes y el Gobierno afgano en Catar que pretendía impulsar de nuevo el proceso de paz.

Los talibanes, sin embargo, no tardaron en desvincularse de la acción terrorista a través de la red social Twitter, al asegurar su portavoz, Zabihullah Mujahid, que sus “combatientes” no tuvieron “nada que ver” con el ataque.

La acción contra el Ministerio de Información y Tecnología, que se prolongó durante unas cinco horas, comenzó poco antes del mediodía con una explosión, a la que siguieron fuertes tiroteos, relató a Efe el portavoz del Ministerio de Interior, Nasrat Rahimi.

Por el momento, se ha confirmado la muerte de cinco atacantes, cuatro civiles y tres miembros de las fuerzas de seguridad, y además otros ocho civiles resultaron heridos, confirmó por su parte a Efe el portavoz de la Policía de Kabul, Basir Mujahid.

Mujahid explicó que el ataque comenzó cuando uno de los atacantes se inmoló, abriendo paso al complejo ministerial a los otros cuatro insurgentes, que fueron posteriormente abatidos.

“Las fuerzas de seguridad minimizaron las pérdidas y víctimas civiles en el ataque. Si los atacantes llegan a entrar en los edificios gubernamentales, donde se encontraban miles de empleados y civiles para hacer sus trabajos rutinarios, esto podría haber sido una tragedia”, aseguró el portavoz policial.

El Ministerio de Interior, en un comunicado, confirmó las muertes de cuatro civiles y tres miembros de las fuerzas de seguridad y celebró que lograran evacuar a salvo a unos 2.800 empleados.

“Seguiremos combatiendo el terrorismo en este país. Doy gracias a las fuerzas de seguridad por haber salvado a más de 2.000 miembros de nuestro valiente personal”, subrayó el ministro de Información y Tecnología, Shahzad Aryobee, en su cuenta oficial de Twitter.

El canal local Tolo News mostró imágenes de varios individuos, presumiblemente trabajadores, abandonando uno de los edificios del ministerio a través de las ventanas, después de que las fuerzas de seguridad habilitaran una escalera metálica hasta la calle.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó “enérgicamente el brutal ataque” en un comunicado y afirmó “que atacando a funcionarios e instituciones públicas y generando miedo, los enemigos de Afganistán demuestran que su único objetivo es la muerte y el crimen”.

Tras distanciarse los talibanes del ataque, su autoría apunta ahora al grupo yihadista Estado Islámico, que aún no ha reivindicado la acción.

El atentado de hoy se produce después de que el Gobierno de Catar rechazara esta semana la que hubiera sido la primera reunión entre los talibanes y representantes de Kabul para abordar el proceso de paz, junto a una delegación estadounidense.

La reunión tenía previsto celebrarse este fin de semana y se canceló hace dos días después de que Catar rechazara la lista de 250 participantes sugerida por el Gobierno afgano.

Kabul había preparado a través de un comité no gubernamental la lista de participantes, que incluía, según el Ejecutivo, a “todos los movimientos políticos, sociales, y clases de la sociedad” para asistir a Doha.

Sin embargo, Qatar, anfitrión de la conferencia, formuló su propia versión de la lista de participantes, una que, según el Gobierno afgano, era “no inclusiva” y no representaba a la sociedad afgana.

La lista fue criticada por los talibanes y varios opositores por ser demasiado extensa, razón por la que los insurgentes se burlaron de ella comparándola con las invitaciones de una fiesta de bodas.

En los últimos meses, Washington y los talibanes habían mantenido varias rondas de negociaciones con la ausencia del Gobierno de Kabul.

La guerra en Afganistán, que comenzó en 2001 con la invasión estadounidense y el derrocamiento de los talibanes, se encuentra en uno de sus momentos más sangrientos sin que en el campo de batalla se atisben cambios.

En la actualidad, el Gobierno afgano controla alrededor de un 55 % del territorio y los talibanes dominan casi el 11 %, mientras que el resto del país está en disputa, según datos del inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), del Congreso de Estados Unidos.

(Con información de EFE)