Durante 60 días corridos, la provincia le bajará la persiana a todo aquel que intente ingresar con la misión de reducir la posibilidad de tener nuevos casos importados de coronavirus.
Los distintos espacios políticos de la Legislatura coincidieron en la necesidad de restringir al máximo la llegada de personas, especialmente de aquellas provenientes de zonas con circulación comunitaria.
“Es una ley (la que se aprobará hoy) que va a salir con fuerza. Los que están afuera tendrán que esperar para volver a Tucumán”, advirtió el vicegobernador, Osvaldo Jaldo remarcando que la responsabilidad del del Gobierno es cuidar al 1,6 millón de habitantes de una provincia que ya flexibilizó más del 75% de las actividades económicas. “Hay que cuidar mucho la Fase 5. Es preferible que alguno de los que están afuera se enoje y no que tener que volver a Fase 1. Ahí sí que la provincia estaría en serias dificultades”, sostuvo.
“Si hubiésemos cerrado antes las fronteras hubiéramos evitado algunos casos”, dijo Jaldo en alusión al “colectivo de los contagios”. Aclaró que igualmente hay un equipo de trabajo que respetar desde Salud y que con esta norma se le dará sustento legal.
