“Que la Madre de Dios los sostenga en su delicada tarea social y eclesial”, rogó el Obispo a la Virgen ayer, en el primer día de las fiestas marianas.
En la primera jornada de las fiestas en honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, anoche rindieron su homenaje los trabajadores de los medios de comunicación social estatales, privados y eclesiales, y la Pastoral Diocesana de Comunicación Social.
La Santa Misa fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por sacerdotes del clero catamarqueño.
Representantes de distintos medios de comunicación locales participaron en los distintos momentos de la Liturgia, guiando la celebración, leyendo la lectura y acercando al altar las ofrendas del pan y del vino.
En la oración de los fieles, pidieron a Dios que la comunicación social haga posible la cercanía entre todos los miembros de la comunidad; que los comunicadores sociales tomen el ejemplo de nuestro Beato Mamerto Esquiú quien no concebía que la prensa “sólo reboce enojo, ira y pasiones, mientras la verdad, la justicia, lo bello y lo instructivo no hallan dónde poner un pie”.
También se elevaron súplicas por todos los difuntos, especialmente por los periodistas y demás trabajadores de los medios de comunicación que ya partieron a la Casa del Padre.
En el inicio de su homilía, Mons. Urbanc rogó por los alumbrantes, “que la Madre de Dios los sostenga en su delicada tarea social y eclesial”, expresó.
Luego mencionó “la temática propuesta por el Papa Francisco para el sínodo de los obispos del año 2023, a saber: ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión’, que iremos profundizando a lo largo de los días de la novena”.
En este sentido, dijo que “no debemos dejar de lado las sabias orientaciones que nos indica el Papa. Éste, de la sinodalidad, nos está invitando a revisar nuestro modo o estilo de ser la Iglesia fundada por Cristo y animada por el Espíritu Santo”. Y se preguntó: “¿Estaremos siendo y viviendo el sueño de Jesús cuando formó a la Iglesia de su costado abierto por la lanza aquel Viernes Santo y la enviada por el Espíritu Santo en Pentecostés?”.
Y sugirió que “no respondamos apresuradamente la pregunta con un ‘sí’ o un ‘no sé’, sino que debemos tomarnos tiempo para abordarla, rezarla, dialogarla y confrontarla con la realidad, de manera que lleguemos a la verdad que debemos descubrir con la ayuda del Espíritu Santo y hacer los ajustes pertinentes, para que la única Iglesia que Jesús quiso y soñó, preste su servicio evangelizador y salvífico para el que fue creada y santificada”.
Luego invitó a que “dejémonos interpelar por el mensaje del Evangelio que acabamos de escuchar, y que no quede en una mera anécdota de las tantas curaciones obradas por Jesús. En primer lugar, tengamos la fe y el amor al prójimo del centurión romano, que no profesaba la religión de Jesús. Este pagano cree en el poder de Jesús y se ocupa de su esclavo enfermo que sufre mucho. No pide nada para él, sino para otro, y éste un esclavo, que valía tanto o menos que un animal en aquella sociedad”.
“Nosotros, como Iglesia, podemos estar siendo ese esclavo paralítico y sufriente. Roguemos a la Madre de Jesús que Ella interceda por nosotros para que seamos curados de nuestras faltas de amor, de compromiso, de ardor misionero, de ansias de santidad y de fidelidad al amor de Dios”, indicó.
Dirigiéndose a la Celestial Patrona expresó: “Querida Madre del Valle, aquí nos tienes, a tus pies, llenos de gozo y de ilusiones. Ayúdanos a tener una fe viva y auténtica, una fe que no exige, sino que agradece, una fe como la tuya, siempre dispuesta a hacer la Voluntad de Dios, sea cual fuere, una fe que nos lleve a ser constructores de una sociedad fraterna, responsable, laboriosa, servicial, cercana a los más necesitados, donde los niños y ancianos sean escuchados y amados, donde la vida sea cuidada siempre, sin preguntarnos cómo viene o qué utilidad tiene, una fe que siempre esté animada por la caridad (Gál 5,6)”.
“En este año en honor a tu esposo san José y en el año inolvidable en el que tu intercediste para que tu dilectísimo hijo catamarqueño, Mamerto Esquiú, fuera declarado Beato, te pedimos que nos ayudes a superar tantos escollos que nos dificultan como sociedad e Iglesia catamarqueña”, concluyó.