El Obispo pidió a la Virgen por los educadores de Catamarca

Durante la Santa Misa de las 21.00 del miércoles 4 de diciembre, sexto día de la Novena en honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, rindieron su homenaje autoridades y empleados del Ministerio de Educación, docentes en actividad y jubilados, Docentes Jubilados Autoconvocados, gremios docentes, Vicaría Diocesana de Educación, Centro Educativo y Cultural Diocesano Virgen del Valle (Ceculd) y Pastoral de Educación.

Participaron el ministro de Educación, Dr. Dalmacio Mera, entre otras autoridades del ámbito educativo provincial y municipal, representantes legales, directivos y docentes de instituciones educativas, fieles en general y peregrinos que desde el inicio de las festividades están llegando a la ciudad capital para honrar a la Madre Morena.

La Eucaristía fue presidida por el obispo diocesano Mons. Luis Urbanč y concelebrada por el vicario de Educación, padre Lucas Segura.

En su predicación, luego de dar la bienvenida a los alumbrantes, el Obispo pidió “que la gran Maestra de la Fe y de las buenas costumbres los siga cuidando y guiando en esta nobilísima tarea, para que podamos ser una sociedad justa, fraterna e inclusiva”.

En referencia a la Palabra de Dios proclamada, afirmó que “las lecturas de Isaías y del Evangelio de Mateo nos animan a adentrarnos con profundidad en el espíritu del Adviento, un tiempo en el que somos llamados a vivir la esperanza, reconocer la providencia de Dios y dejarnos llenar de su compasión y amor transformador”.

Continuando con su reflexión, dijo que “el Adviento es tiempo de preparación y de esperanza. Así como la multitud fue saciada por Jesús, nosotros somos llamados a acercarnos al banquete que el Señor ha preparado. Este tiempo litúrgico nos impulsa a vivir con la confianza de que Dios no sólo cumple sus promesas, sino que ya ha comenzado a actuar entre nosotros, llenando nuestras vidas de sentido, compasión y salvación”.

“Que este Adviento, iluminado por la esperanza del Jubileo, sea un momento para dejarnos transformar por el amor de Dios, abrir nuestras manos al necesitado, a los educandos, y proclamar con alegría: ‘Aquí está nuestro Dios. Celebremos y gocemos con su salvación’”, enfatizó.

Por los damnificados de Telaritos y  peregrinos

Dirigiéndose a la Madre, pidió “que reconfortes con tu ternura materna a todos los damnificados de Telaritos y que nos libres de las catástrofes naturales, pero, sobre todo, de las que vamos causando con nuestras faltas de responsabilidad y coherencia con la fe y amor recibidos en el Bautismo”.

También rogó por los peregrinos: “Acompaña, cobijados bajo tu Manto materno, a cuantos están caminando hacia aquí desde distintos puntos con sus corazones cargados de penas, angustias y sanos deseos de ser mejores cristianos”.

“Y, a todos los que estamos participando de esta celebración procúranos las gracias divinas que necesitamos para ser cada día verdaderos servidores del bien, la verdad, la justicia, el amor, la paz, la honestidad, la unidad, la fraternidad, el perdón y la reconciliación”.

En el momento de las ofrendas, los alumbrantes acercaron los dones del pan y del vino, y hacia el final se consagración a la Virgen y la alabaron con el canto.