Durante la noche del 21 de abril, lunes de la octava de Pascua del Año Jubilar, la Iglesia Diocesana de Catamarca se unió en oración por el eterno descanso del Papa Francisco, durante la Santa Misa presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, en la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle.

La Eucaristía fue concelebrada por el rector de la Catedral Basílica, P. Juan Ramón Cabrera; y los párrocos de San Pío X, P. Héctor Salas; de la Sagrada Familia, P. Oscar Tapia, y de San Isidro Labrador, P. Javier Grosso.

Participaron el intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Dr. Gustavo Saadi, y la diputada Verónica Vallejos, autoridades de colegios confesionales, miembros de instituciones, movimientos eclesiales, pastorales y fieles en general, quienes se congregaron para celebrar la acción de gracias por la vida de servicio del Santo Padre Francisco a Dios, a la Iglesia y al mundo.

También los medios de comunicación y las redes sociales acompañaron esta ceremonia con transmisiones en vivo y en directo, para que muchas personas se sumaran a esta celebración eucarística.

Mons. Urbanč dedicó su homilía a poner de relieve parte del legado del Papa Francisco, expresando: “Nos congrega hoy en esta Misa de este primer día de la octava de Pascua, tener que rezar por el eterno descanso del Papa Francisco. A todos nos ha dejado consternados esta noticia en la mañana de hoy. Y qué hermoso pensar que Dios, en su Providencia, quiso llevárselo en el marco de la octava de Pascua. Eso es Providencia, Dios quiso así. Y es muy importante, porque el Papa Francisco ha vivido como un verdadero testigo de Cristo resucitado”.

“Si seguimos un poco cómo fue la historia de estos 12 años, allá en 2013 fue elegido Papa, recuerdo que era un día miércoles, y eligió el nombre Francisco. No era porque sí, sino que tenía una finalidad clara, respondía mucho a su estilo de vida. Francisco, el Pobre de Asís”, dijo, agregando que “junto con el cardenal de Brasil, conversaban eso apenas había sido elegido, y decidió tomar ese nombre, que fue todo un programa de vida”.

Respecto de su legado, manifestó que “nos ha dejado hermosos escritos, encíclicas, que las tenemos que profundizar, sobre todo aquella de la alegría de anunciar el Evangelio ‘Evangelii Gaudium’. Anunciar el Evangelio, ésa es la misión de la Iglesia, de un pastor, de todos los bautizados. Y el Papa se propuso con algunas frases enseñárnoslo. Nos enseña el Evangelio como él mismo lo ha hecho a los pobres, en primer lugar, como el mismo Jesús. ‘El espíritu me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres’”.

Una Iglesia en salida
“Por eso -continuó-, él habla de una Iglesia en salida, ir a las periferias, y durante 12 años nos lo propuso y nos lo mostró con el ejemplo. En una etapa de su pontificado, esos pobres han sido todos aquellos que huían de África y venían a Europa buscando un nuevo horizonte, huyendo de la violencia, de las persecuciones, del hambre, y tenían que atravesar el Mediterráneo, que se ha convertido en un gran cementerio. Y el Papa fue a Lampedusa, esa isla, para estar con aquellos que lograban atravesar el mar y desembarcar, los migrantes, grandes pobres”. En este punto mencionó las críticas que recibió por estar cerca de los migrantes.

En este punto, indicó que “hay periferias culturales y nosotros tenemos que estar ahí. Eso nos lo dejó como legado el Papa Francisco. Esto es anunciar la buena noticia a los pobres, a los que te necesitan. Y no hay que ir muy lejos, si uno abre la puerta de la casa encuentra esa periferia”.

En otro tramo de su predicación señaló: “Cuánto hemos soñado que él viniera a la Argentina, pero ha preferido ir a otros lugares, incluso pequeños, donde los cristianos eran minoría, porque había que estar con los que más necesitan. Él ha elegido siempre a los últimos, los postergados, aquellos que no cuentan. Él ha instituido la Jornada de Oración por los Pobres”.

También apuntó que “otra de las grandes luchas del Papa fue la lucha por la vida. La vida se respeta desde su concepción hasta su partida natural, y con eso no transó, y cuántos lo han criticado”. En este punto enfatizó las consecuencias del aborto.

“El Papa también ha instituido la Jornada de Oración por los Ancianos, que gira en torno al 26 de julio, día de Santa Ana y San Joaquín, los abuelos de Jesús, porque hay que respetar a los abuelos, hay que cuidar la vida de los ancianos, de los jubilados. Siempre cerca de los que para el mundo competitivo, consumista, no cuenta… Por eso hay un legado del Papa Francisco que tenemos que asumir, somos argentinos, paisanos de él. No solamente hagamos gala de que es un argentino y punto, sino que tenemos que escuchar lo que Dios a través de él nos ha estado enseñando”.

Caminar juntos
Más adelante destacó que “hacia el final de su pontificado nos ha metido de lleno a que aprendamos a caminar juntos. Dos años seguidos se ha dedicado el Sínodo de los Obispos para hablar, para reflexionar, para profundizar, en esto del estilo sinodal que tiene que tener la vida de los bautizados, caminar juntos… Y él nos ha puesto en una ascesis de la escucha, escuchar a todos…, porque hay que escuchar el clamor de la humanidad, esa humanidad que está siempre en búsqueda. Desde el año 2021 hemos empezado con esta praxis y había muchas resistencias y las hay todavía…, pero es la voz del Espíritu Santo la que pide a la Iglesia de este siglo XXI, que sea una Iglesia de salida, una Iglesia cercana, acogedora. A él le gustaba inventar palabras y decía: ‘Una Iglesia que sale a misericordear’, misericordiosa, compasiva”.

También se refirió a la necesidad de “descubrir lo que Dios nos está pidiendo hoy, para nuestra Iglesia, acá en Catamarca, en Argentina, en el mundo. Lo que está pidiendo es que tengamos la valentía de salir y dar testimonio de Jesús”… pero para ello “hay que tener primero una vivencia profunda de encuentro con el Cristo resucitado que me transforma la vida, que me llena de alegría, de libertad”.

También afirmó que “Francisco fue un hombre con una gran parresía. No tenía miedo de nadie… tenía libertad para vivir auténticamente la fe al servicio de los más necesitados. Pues bien, recemos en estos días para que el Señor reciba en su gloria al buen servidor que ha sido el Papa Francisco, y también para que, por intercesión del Papa Francisco y de los papas anteriores, pronto tengamos el Papa según el Corazón de Jesús, que siga guiando a la Iglesia para que sea testigo del Cristo resucitado, para que sea servidora de la humanidad, y con esa preferencia siempre por los más necesitados”.

Luego de la alabanza a la Madre del Resucitado en su advocación del Valle y la bendición final, los fieles se acercaron al cuadro con la imagen del Papa Francisco colocada en el Presbiterio, para rezarle con lágrimas de despedida y el corazón lleno de esperanza.