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En plena cuarentena, nacieron trigemelas genéticamente idénticas
Se trata de un fenómeno que se da cada 200 millones de embarazos. La cesárea fue a las 32 semanas y deberán permanecer internadas alrededor de un mes.
Victoria, Julieta y Delfina Chainski Catalá nacieron en Lomas de Zamora, son trigemelas genéticamente idénticas, un caso que se da cada 200 millones de embarazos. Nacieron el sábado, en ese orden, a las 10:02, 10:03 y 10:05, en la Clínica IMA, de Adrogué, donde las esperaba un gran equipo de profesionales.
Leonel Chainski y Vanina Catalá Ortmann transitaron casi todo el embarazo en pandemia. Estaban de viaje por Praga, en República Checa, cuando ella comenzó a sentirse mal y confirmaron el embarazo en Cracovia, Polonia. Allí, el coronavirus ya comenzaba a despertar las alarmas.
El 15 de febrero, de vuelta en la Argentina, fueron a Grupo Médico Progenie, en Lomas de Zamora, para realizarse una ecografía y se enteraron de que eran tres bebés.
“El golpe duró diez segundos, esperábamos la llegada de un bebé y de golpe eran tres. Pero nos impactó de un modo muy positivo”, cuenta Leonel.
Sin embargo, no niega que analizaron la situación desde todas las aristas: la pandemia, el aspecto económico y la capacidad física de Vanina para poder soportar un embarazo triple. Pero, más allá de los miedos, se sintieron felices de que se agrande tanto la familia.
Un mes y cinco días después, en el país se decretaba la cuarentena obligatoria y los controles tuvieron que adecuarse a los nuevos protocolos. Leonel solo pudo presenciar dos o tres consultas y lo mismo con las ecografías, pero Vanina se las arreglaba para filmar todo y, luego, explicarle lo que le habían dicho los profesionales.
Su obstetra Marcelo Rey sabía que el embarazo no llegaría a término y puso como objetivo la semana 28. Como la mamá se sentía bien, y todo avanzaba como era esperado, lograron llegar hasta la 32.
El día llegó, había tres equipos médicos preparados, uno para recibir a cada beba. El parto duró cinco minutos y las tres lloraron al salir, lo cual fue un signo muy positivo.
“Las pasaban con una mano. Ver lo cancheros que estaban me dio mucha tranquilidad”, cuenta el flamante papá, que recuerda que minutos antes de que Victoria, Julieta y Delfina nacieran había un clima de ansiedad. “Era mucha gente, todos atentos. En la foto se ven siete personas pero detrás de mí habría otras siete”, destaca.
Leonel mantuvo la distancia social y los protocolos, pero pudo presenciar el parto. Mientras que Vanina recibió anestesia local y siguió atenta cada detalle del nacimiento de sus hijas.
“Victoria salió y se la pusieron a Vani en la cara, después me la dieron a mí y se la llevaron. A Julieta se la llevaron y a Delfina lo mismo que la primera”, recuerda el papá, que luego acompañó a sus hijas a los chequeos de rutina y hasta Neonatología donde las pusieron a las tres en la misma incubadora, para que sigan juntas como estaban en la panza.
La más grande fue Julieta, que pesó 1,630 kilos y midió 41 centímetros; luego le siguió Victoria, con 1,560 kilos y 41 centímetros; y la más chiquita fue Delfina, con 1,490 kilos y 40 centímetros.
El de Vanina fue un embarazo monocorial triamniótico, lo que quiere decir que las tres bebas son genéticamente idénticas. A diferencia de la mayoría de los casos de trillizos, las hermanitas Chainski Catalá provienen de la fecundación de un solo óvulo por un espermatozoide.
Ahora, las tres bebas permanecen internadas y se quedarán en Neonatología al menos un mes hasta que se cumpla la semana 36. En este momento, según explicó el papá, están con lámpara porque tenían la bilirrubina un poco alta, algo que es normal en los recién nacidos.
Vanina y Leonel las visitan tres veces al día, por separado. Y solo ingresan juntos para escuchar el parte médico diario, que les dan al lado de la incubadora.
El miércoles, los flamantes padres de trigemelas volverán a su casa, donde aseguran que tienen “el 80% listo” para recibirlas. En estos meses de cuarentena, estuvieron poniendo todo en orden y solo les quedan unas cuestiones de pintura, armar las cunas y placares.
Una vez que les den el alta, deberán regresar a la clínica todos los días, en los horarios estipulados para ver a sus hijas y escuchar el tan ansiado parte médico.
En relación con la presentación familiar, Leonel cuenta que todos sus seres queridos conocieron a las bebas por medio de fotos y videos que ellos se encargaron de sacar. “Con los abuelos hicimos videoconferencia. Por suerte, ninguno nos hizo sentir como un peso el que no puedan venir”, destaca el papá.
En la zona Sur del Gran Buenos Aires la llegada de las trigemelas generó una revolución. El Club Atlético Temperley, les dio la bienvenida en las redes sociales y ya las hizo sociales.
Es que, tal como le sucede a Leonel cuando escucha la frase de Yamandú Cardoso, que dice: “Ellas bailan como si la vida fuera justa”, las hermanas Victoria, Julieta y Delfina Chainski Catalá fueron un milagro, que llegó en medio de un momento tan duro, para llenar a todos de amor y esperanza.
