La referente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Alejandra Figueroa, denunció públicamente la paralización y el abandono de las viviendas sociales en Catamarca. En diálogo con Ancasti Streaming, cuestionó duramente al gobierno provincial por no ejecutar el presupuesto destinado al área y por priorizar otras obras de interés privado.
“El gobernador Jalil decidió no destinar correctamente los fondos del presupuesto 2022 y 2023 para viviendas sociales y sí para las viviendas del IPB, que se pagan y garantizan la recaudación”, señaló Figueroa. La dirigente también apuntó que cada vez más familias, incluso aquellas que antes podían acceder a viviendas pagas, hoy ya no logran reunir los requisitos debido a la desocupación y el deterioro salarial.
Un caso paradigmático, según destacó, es el de las trabajadoras despedidas de la ex Textilcom (luego MomSport), quienes tenían expedientes activos en el IPB pero ya no podrán postularse por no contar con ingresos estables. “Son mujeres capacitadas, que lucharon por conservar sus empleos. El gobierno las dejó solas”, enfatizó.
Figueroa también reveló que hay 150 viviendas sociales terminadas en la zona sur de la capital, en el barrio Ojo de Agua, pero que no han sido entregadas. “Están completas, pintadas, con agua y luz. Solo falta abrir las calles y terminar el cordón cuneta. Pero las empresas no trabajan porque el Estado les adeuda pagos desde enero”, explicó.
Además, acusó al gobernador de usar las viviendas sociales como herramienta electoral. “Se están guardando las entregas para la campaña de quienes lo sucederán. Mientras tanto, hay familias viviendo entre nylon y cartones frente a casas vacías”, denunció.
Desde el MST también apuntaron contra el uso de fondos públicos en otros sectores. “Mientras se invierte en caminos para propiedades privadas y se engrosa la pauta oficial, el hospital público se cae a pedazos”, sostuvo Figueroa. “Queremos saber a dónde fue la plata de la megaminería y del presupuesto de viviendas sociales”.
Consultada sobre la falta de acompañamiento electoral al frente de izquierda, Figueroa asumió que el espacio no logró posicionarse como una alternativa real frente al descontento social. “Milei vino con un discurso de odio, pero fue tomado como ‘algo distinto’ ante tantos años de hambre y ajuste de los gobiernos tradicionales. Lamentablemente, nuestra propuesta no logró canalizar ese hartazgo”, reflexionó.