La organización terrorista comenzó con la primera fase del pacto. La Cruz Roja fue la encargada de recibir a los cautivos y trasladarlos hasta el campamento del ejército israelí.
Después de una noche de trepidación, insomnio y expectativa, Israel amaneció con la noticia más esperada en más de dos años. Poco antes de las 8 de la mañana, hora local (las 2 de la Argentina), comenzaron a concretarse las primeras liberaciones de rehenes en manos de Hamas, tras 737 días de horror desde el ataque del 7 de octubre de 2023. Minuto antes del mediodía, todos los cautivos con vida ya estaban bajo custodia israelí.
La información de que los cautivos estaban siendo entregados a la Cruz Roja y luego al Ejército israelí (IDF) desató una ola de emoción en todo el país. En la llamada “Plaza de los Rehenes”, en Tel Aviv, estallaron los aplausos, los cantos y los abrazos. Era el principio del fin de una pesadilla.
Después de 737 días de guerra, espanto y angustia, el acuerdo firmado entre Israel y Hamas contra viento y marea de los últimos días y un compás de espera dramático, podía celebrarse el fin de la pesadilla, el fin del infierno. Y, si todo va bien, el inicio de una nueva etapa para Medio Oriente.
Los primeros liberados y la emoción en la plaza
En la “Plaza de los Rehenes”, epicentro de la lucha por traer a todos a casa, comenzaron a llegar ríos de gente desde temprano, para acompañar con música, mensajes de esperanza y afecto el compás de espera.
“Están todos de pie y caminando”, anunció una locutora en la plaza, provocando aplausos, ovaciones y llantos de emoción entre la multitud, tan grande que, como el sábado pasado, las conexiones funcionaban mal. A diferencia de liberaciones anteriores, tal como se había estipulado, no hubo shows ni ceremonias de despedidas de militantes de Hamas encapuchados. Sino que, en lo que fue tildado de “operación política”, los terroristas concedieron a varios de los trece rehenes que iban a salir en la siguiente tanda, comunicarse con sus familiares.
Los primeros siete rehenes identificados fueron Alon Ohel, Matan Angrest, Gali y Ziv Berman, Guy Gilboa-Dalal, Eitan Mor y Omri Miran. Sus imágenes comenzaron a circular en las pantallas gigantes mientras las banderas israelíes y amarillas —símbolo del reclamo por los cautivos— flameaban sin descanso.
Fue así que, causando nuevos aplausos y ovaciones y después de que a las 9 anunciaran que los primeros siete rehenes estaban ya en manos de la IDF, apareció una foto de los dos hermanos argentinos, David (34) y Ariel (28) Cunio, tomada de un celular, cuando pudieron comunicarse con sus familiares. Poco después, la voz de su madre, Silvia, anunciaba, al borde de las lágrimas, que había hablado con sus chicos. “No podía escuchar nada, solo los vi en el teléfono y lucían bien, no podía escuchar nada, pero estaban bien”, contó, en uno de los momentos más esperados, que volvió a llenar de euforia la Plaza.
Más tarde, en medio de parlantes que agradecían con oraciones tradicionales y pasaban una y otra vez el himno de los rehenes, con la emoción en las estrellas, se anunció la liberación de una segunda y última tanda de rehenes. Podían verse en las pantallas de la Plaza imágenes de vehículos de la Cruz Roja moviéndose en medio de la devastada Gaza.
A las 10.55, causando el mayor estallido de júbilo, la locutora anunció que “todos los rehenes vivos” ya estaban libres. En la segunda tanda se encuentran los tres argentinos David y Ariel Cunio y Eitan Horn, de quienes al momento no hubo imágenes. Además, Avinatan Or, Bar Kupershtein, Elkana Bohbot, Evyatar David, Maksym Harkin, Matan Zangauker, Nimrod Cohen, Rom Braslvaski, Segev Kalfon, and Yosef-Chaim Ohana
A las 11.50 todos se abrazaron cuando se anunció que también los 13 rehenes de la segunda tanda se encontraban ya en territorio israelí.
En una reunión por zoom, Ilan Dalal, padre de Guy Gilboa-Dalal, que fue secuestrado en el Festival Nova junto a su amigo desde el jardín de infantes, Evyatar David, ambos de 24 años, no podía ocultar su felicidad y profundo agradecimiento al gran ganador de la pulseada entre las dos parte en pugna, Donald Trump. “Todo esto fue posible gracias a él, Trump puso todo su peso para que esto pudiera ser realidad, junto al respaldo de una coalición internacional de países y, eventualmente, de Israel y luego de Hamas”, dijo Dalal, al elogiar, al mismo tiempo, otros negociadores clave: el enviado especial Steve Witkoff y su yerno, Yared Kushner. “Estoy muy feliz, muy feliz de poder volver a abrazar a mi hijo por primera vez en tres años”, aseguró, emocionado.
Junto a él estaba Tal Shoham, capturado en el kibbutz Beeri el maldito 7 de octubre y liberado en enero de este año, después de 15 meses de infierno, que se hizo amigo de Guy y de Evyatar al compartir el cautiverio en un túnel de Gaza. “¿Cómo fue reintegrarme a la vida normal después de los abusos físicos y psíquicos sufridos? Las experiencias varían de acuerdo a cada persona, son diferentes de acuerdo a cada uno, pero yo tuve suerte porque no sufrí efectos de estrés postraumático porque tengo dos hijos pequeños que me necesitan y que me dieron fuerza para seguir adelante”, dijo. “Pero de todos modos es un proceso muy largo: uno se despierta por la noche pensando que sigue en el túnel, en la oscuridad de Gaza, sin comida ni agua, uno tiene recuerdos horribles, de repente, se encuentra con información que no tenía de otros asesinados, sin incluir que, debido a la desnutrición -como pudo verse en imágenes recientes-, hay que tener mucho cuidado con la alimentación”, añadió. “Comer de repente puede llegar a matar y la recuperación, tanto física como emocional, lleva mucho tiempo”, precisó.