Mediante el uso de tecnología de avanzada y a la aplicación de nuevas técnicas se abre un abanico de posibilidades para estudios astronómicos.
Stanislav Makarchuk, responsable de Área de Cooperación Internacional en Espacio Ultraterrestre de la CONAE, quien coordinó el experimento del lado argentino, realizado en el marco de un acuerdo de colaboración vigente entre la agencia espacial argentina y el IAA RAS.
Makarchuk explicó que el objetivo principal de la Antena DS3 es la comunicación con las naves interplanetarias. Sin embargo, Argentina no tiene sus propias misiones interplanetarias, por ahora, por lo que el tiempo que poseen lo aprovechan para distintos estudios. De esos estudios algunos son con cooperación con otras instituciones del mundo. Puntualmente la comunidad científica nacional puede acceder al 10% de uso para realizar observaciones aplicadas a proyectos de investigación del universo.
Ahondando en el experimento, Stanislav Makarchuk informó que realizaron un trabajo en conjunto con el Instituto de Astronomía Aplicada de la Academia de Ciencias de Rusia, que desarrolla técnicas de radar. Puntualmente desde la Antena DS3 de Malargüe irradiaron el cráter de Arquímedes, en el este de Mare Imbrium, con una señal a 7190 MHz (4,2 cm). El eco de ese pulso de radar fue recibido por el Observatorio de Radioastronomía de Svetloe, de la red rusa Quasar, mediante otra antena, la RT-13. Como resultado de las observaciones, obtuvieron imágenes de radar de la superficie lunar con una resolución espacial de unos 300 metros.
“Este instrumento que construimos tiene un pie en nuestro continente y otro pie en otro continente, a una distancia de casi 15.000 kilómetros y el otro actor en este caso es la luna pero después puede ser incluso hasta Júpiter, si la distancia nos permite”, indicó Stanislav Makarchuk a Malargüe a Diario.
Las observaciones por radar son uno de los métodos más efectivos de detección remota de la Luna desde la Tierra, lo que permite el mapeo de alta resolución espacial y la exploración de propiedades físicas de la superficie y del subsuelo. Estos datos se pueden utilizar para seleccionar lugares de aterrizaje para naves espaciales, prospección y minería, lo cual es especialmente importante debido al mayor interés de muchos países en la exploración lunar.
Según indicó nuestro entrevistado, lo mismo pueden hacer con Marte, Venus y otros asteroides próximos a la tierra. Además, con este avance pueden realizar futuras investigaciones de exploración de la luna, no solo de la superficie, sino también de la parte subterránea.
Para concluir, nuestro entrevistado aseguró que este experimento realizado con éxito les abre un horizonte. En este sentido dijo: “Esto es un salto, nos amplía mucho el horizonte tecnológico y científico.”
Fuente / Malargue a Diario