miércoles, junio 25, 2025
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El gusto que se dio la familia Messi: Tres docenas de churros y la emoción de la dueña

“No relacioné que eran ellos”, argumentó el responsable del local ubicado en Funes, donde vive el campeón del mundo junto a su familia.

Luego de una temporada repleta de compromisos deportivos, con un desgaste mayor en la Copa del Mundo que alzó en Qatar y un cambio de club sobre el cierre de la temporada, Lionel Messi descansa en su Rosario natal tras haber jugado el último partido de la temporada vistiendo la camiseta de la Selección Argentina en el amistoso frente a Australia, donde convirtió un tanto en la victoria por 2-0 en China. A la espera de su presentación y comienzo de la nueva temporada con en el Inter Miami, club que eligió para continuar su carrera tras su incómodo paso por París Saint- Germain, la presencia de Lio impacta y sorprende en sus vacaciones en Rosario.

Juan Pablo, cadete de una churrería en el barrio de Funes, donde se aloja el astro, se llevó una sorpresa mayor al encontrarse con el “10”. Fuera de la plena temporada, el astro se da el gusto de poder comer el alimento que se limita durante la competencia de alto rendimiento y aprovecha estos espacios vacacionales para romper -mínimamente- su dieta.

Por eso, luego de que la Selección derrotara a Indonesia por 2-0 en el amistoso que disputaron en dicho país, el rosarino tuvo ganas junto a su familia de degustar unos riquísimos churros.

La encargada de hacer el pedido fue Antonela Roccuzzo. Luego de varios intentos fallidos por línea telefónica, finalmente desde el local la contactaron por Whatsapp. Lo que parecía un pedido normal, terminó siendo una grab sorpresa.

Pasó casi una hora y media desde la realización del pedido hasta que los trabajadores del local se dieron cuenta de que el mismísimo Lionel Messi estaba merendando con sus productos. “¡Hola! ¡Ustedes están locos! ¡Como no nos van a decir esto! Hace varios años llevamos y nunca supimos si nuestros productos llegaban al campeón”, fue el mensaje que les mandó Sofía, la encargada, a Messi y su familia. Esa fue su primera reacción.

Si bien desde la churrería admitieron haber tenido ese día algunos problemas en la elaboración de sus productos, la respuesta de Antonela los tranquilizó: “Estuvieron muy buenos”.

El pedido de Antonela fue de tres docenas y media de churros rellenos. Al ver los gustos en la carta, encargaron dos docenas de dulce de leche, una de crema pastelera y media de nutella.

Con emoticones de caritas llorando, la mujer escribió: “Así estoy desde que volvió el cadete. Muchas gracias, me cambiaron el día, el año. ¡La vida!”. Manifestó que suelen enviar sus productos usualmente a la casa, debido a que posee una conexión con la madre de Antonela Roccuzzo (ambas comparten el veterinario para sus mascotas). Nunca sabía si, en verdad, los traslados llegaban a manos del “campeón”.

A continuación, explicó que la vorágine de la jornada le había impedido tomarse un tiempo para observar las coincidencias existentes en la dirección hasta que el repartidor la alertó. “En la guardia, le dicen al cadete que, para entrar al lote, tenía que ir y volver por un camino determinado. Entonces, él le dice en chiste: Bueno, pero cuando vuelva no me podrás tirar por donde vive el campeón así le toco la bocina. Y él le respondió: Vos vas a lo del campeón. Y él se cagó de risa”, declaró sobre la incredulidad del muchacho, quien pensó que le estaban tendiendo una broma.

En su llegada, pudo observar cómo había gente acampando para solamente sacarse una foto con Lionel Messi y el chiste se transformó en una realidad: “Golpeó la puerta y salió Antonela. Él se puso a llorar, ella le agarró los churros y él le preguntó si le podía dar un abrazo, aceptó y, en eso, pasó Messi por atrás”. Juan Pablo saludó al máximo goleador de la Albiceleste y consultó si podía sacarse una foto, pero el contexto familiar lo impidió.

“Mientras seguía llorando, salió Mateo y le dijo: Pues, tío. Lo miró llorando y lo abrazó”, añadió sobre el desparpajo de uno de los tres hijos de la feliz pareja. A su vuelta, el empleado creyó que la culpable de la sorpresa había sido su empleadora: “Me culpó porque dijo que yo sabía y yo le dije que no. Ahí, relacioné el número de lote con su llanto y lo primero que pensé era que no podía creer que le haya cobrado (Messi en total con envía incluído, pagó 9.500 pesos)”.

Más allá de ese lamento, la familia del flamante refuerzo del Inter Miami de los Estados Unidos se mostró satisfecha por el pedido porque Thiago, Mateo y Ciro, junto a los sobrinos y el padre de Lionel, Jorge, fueron al lugar el miércoles para comprar otra ración de churros adicionales. “Estuvieron hace 15 minutos acá”, concluyó Sofía.

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