El mensaje llegó certero a la quinta de Olivos cuando los principales dirigentes radicales terminaron de cenar mejillones, rabas y paellas en un restaurante español que solía fatigar Raúl Alfonsín y la Coordinadora cuando la dictadura agonizaba e iniciaba la transición democrática. Mauricio Macri escuchó con atención y en principio dijo que no. El Presidente no quiere competencia en las PASO del 11 de agosto, aunque sea una exigencia presentada por la Unión Cívica Radical (UCR), su socio político más importante en la coalición Cambiemos. Los radicales que cenaron en Plaza Mayor desean competir con Macri y apuestan a Martín Lousteau, el exministro de Economía.

En la cena estuvieron Alfredo Cornejo, Enrique Coti Nosiglia, Ernesto Sanz, Gerardo Morales, Mario Negri y Luis Naidenoff, entre otros dirigentes del radicalismo. Hubo un tirón de orejas a Cornejo por sus declaraciones en la Cumbre de la AmCham, pero a los postres todos coincidieron en avanzar sobre dos propuestas básicas: competir por la candidatura presidencial y ampliar Cambiemos con un sector de Alternativa Federal que no debería incluir a Sergio Massa.

El próximo 27 de mayo, la UCR celebrará su convención nacional para determinar su posición política en Cambiemos. Anoche en la cena, cuando las natillas hicieron su aparición triunfal, los dirigentes radicales decidieron que Cornejo redactara un borrador de documento final que debería aprobarse al final de las deliberaciones. En ese documento se propondría abrir las PASO a una competencia por la candidatura presidencial y establecer un mecanismo de negociación para incorporar a figuras peronistas que enfrentan a Cristina y su discurso populista.

Cuando el borrador esté terminado, una copia será enviada a la Casa Rosada. Los radicales pretenden que Marcos Peña, jefe de Gabinete, convalide su redacción para evitar futuros malos entendidos. Peña es un funcionario educado que siempre ofrece café a sus invitados. Pero eso no implica que los radicales abandonen Balcarce 50 con la bendición del alter ego de Macri. Hasta anoche, el Presidente resistía la ofensiva radical y pensaba qué ofrecer a Cornejo y sus correligionarios. Todavía no decidió.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, se expresó en la misma línea: “Hay un consenso muy fuerte de revalorizar a este espacio político que vino a aportar una perspectiva distinta. A nuestro entender es incuestionable el liderazgo de Mauricio Macri en esa coalición, no solo por ser presidente, y claramente creemos que el camino natural es que Mauricio Macri sea candidato sin internas para revalidar el mandato de cambio que la sociedad le dio hace cuatro años”.

“Estamos a 35 días del cierre de listas, dentro de Cambiemos podremos analizar cualquier alternativa, hoy por hoy no hemos visto ningún argumento que nos indique que eso (unas PASO) tendría una lógica”, agregó Peña en declaraciones a TN.

Horas antes, Peña tuvo un gesto con un radical. Posteó una foto en sus redes con un título que se explica solo: “Con mi amigo Mario Negri”. El jefe de Gabinete sabe que la Casa Rosada equivocó la estrategia electoral en Córdoba -donde Cambiemos fue fracturado- y con ese tuit trata de reparar un daño que traerá consecuencias políticas en el radicalismo.

Negri, radical paladar negro, fue derrotado sin atenuantes por Juan Schiaretti en las últimas elecciones provinciales en Córdoba y cree que Mauricio Macri tiene que ser candidato a presidente de Cambiemos. Negri conoce los códigos del poder y sobresale por su respeto a la lealtad política. “Yo no soy el candidato del gobierno”, dijo cuando ya se sabía que Schiaretti arrasaba en la segunda provincia del país. Fiel a tácitos códigos políticos, trató de despegar a Macri de una derrota que sería histórica.

A diferencia de Alfredo Cornejo, gobernador radical de Mendoza, Negri sostiene que Peña debe permanecer como jefe de Gabinete y que no tiene sentido abrir una interna para poner en jaque a la candidatura de Macri. Amigo personal de Elisa Carrió, hará campaña presidencial en Córdoba cuando se cierren las listas el próximo 22 de junio.